"LA CASCARILLA: UNA HISTORIA NOVELADA"; PRESENTACIÓN DE LA NOVELA POR FRANKLIN CEPEDA ASTUDILLO


“Sucede que mientras más nos ahondemos más nos renovaremos, y cuanto más locales seamos, podemos llegar a ser lo más universales. Un pequeño gran libro no se preocupó sino de una mínima región de España, llamada la Mancha. Y llegó a ser la novela más espaciosa que se ha escrito en nuestro planeta”.

Señoras y señores muy buenas noches:
He comenzado mi breve intervención con un párrafo de Pablo Neruda que, según estimo, es especialmente oportuno en esta ocasión en que Bayardo Ulloa Enríquez presenta dos libros referidos a la historia local y una novela cuyo planteamiento, ustedes lo podrán comprobar, lleva amplio espectro pues, sobre aportar información y conocimiento de vicisitudes desde una posición tan erudita como generosa, nos da sobradas evidencias de la madurez intelectual que puede proponerse alcanzar nuestra realidad creativa: si indicadores de progreso y civilidad son las industrias, las telecomunicaciones, los servicios públicos, las obras de infraestructura, no lo es menos la escritura de novelas.
La novela, “epopeya del hombre moderno”, parece no ser posible sino a partir de la confluencia de una serie de circunstancias en una sociedad de cierta complejidad; el género eminentemente urbano así entendido, sería entonces una sugestión referente a partir del cual inquirir sobre las vicisitudes más íntimas de una sociedad. Más de una vez, a partir de esta consideración, me he preguntado qué se ha generado, desde las circunstancias locales, en cuanto al género novela. Un primer rastreo dio lugar al libro Novelistas Chimboracenses, Índice bio - bibliográfico 1868 – 2003, en el que presenté breves biografías de quince escritores a cuya producción correspondiera al menos una novela.
De la publicación de Novelistas Chimboracenses… al presente, ha transcurrido ya seis años. Sus páginas conservarán, supongo, parte de su valor referencial, pero nuevas búsquedas y circunstancias, lo han ido, en hora buena, desactualizando: ha aparecido material nuevo, se han reeditado dos títulos; Cabalgando sobre los Andes y Las Cosechas, se ha publicado una nueva novela sobre Riobamba y esta noche Bayardo Ulloa nos presenta La cascarilla: una historia novelada.
En circunstancias en las que la escritura y edición de un libro es tarea quijotesca y negocio a pérdida, si negocio fuera, no cabe menos que celebrar la llegada de una nueva novela de Bayardo Ulloa Enríquez, escritor oriundo del Carchi que hizo de Riobamba el centro de su realización vital e intelectual. A Ulloa corresponde;La cascarilla: una historia novelada, título para un relato que en un principio se llamó Los polvos de la condesa y que se publica bajo el sello de ediciones Káustika.
La posibilidad de escribir novela histórica comúnmente ha sido objeto de elogio como de detracción; quienes al respecto se han pronunciado avivan una polémica, frecuentemente estéril, sobre los límites para la fábula como para la historia en el mencionado género, pero no siempre reparan en que la literatura es un arte que no precisa ceñirse hasta el escrúpulo a corsés en extremo rígidos como para alumbrar obras maestras, pongamos como caso Guerra y Paz, de León Tolstoi, o La educación sentimental, de Gustave Flaubert, novelas que iluminan con maestría sendos capítulos de las historias de Rusia y Francia.
La cascarilla: una historia novelada se propone y culmina con éxito un reto: el de presentar décadas y aun siglos de historia en torno a una planta milagrosa; pone en evidencia el milagro y denuncia, si cabe la expresión, los santos, mártires, héroes y antihéroes agazapados tras los prodigios de una cura para enfermedades tropicales. Las escenas de la novela que hoy se pone a su consideración transcurren en muy diversos escenarios, lo cual demanda una cierta dosis de atención por parte del lector, la misma que al rato es recompensada por una serie de sugestivas peripecias que, más que a fábula, deben a la sólida indagación del autor, un investigador que, con ojo de zahorí, fue indagando las fuentes más preciadas para su propósito, parte de las cuales se detallan al final del tomo y sin duda servirán de estímulo para nuevas indagaciones de su autor o de otros que se dejen contagiar por su espíritu inquisidor.
De sus personajes, pululantes por decenas, baste decir como en ellos se obra esa fuerza vital llamada barraquera, a la que Ulloa define como “el desmedido empeño de lograr algo. No importan las jornadas largas de caminata o trabajo, no importa la suciedad, la incomodidad, el hambre, los dolores, los excesos, el clima insoportable, la soledad, el maltrato”. Destaquemos, no obstante, una de sus más logradas elaboraciones, tanto en el plano historiográfico como narrativo: Francisca Villacís, la mochana, cuyo cuerpo hervía, cuyas relaciones con los hombres provocaban escozor en las damas y alegría entre aquellos que más en serio que en broma procuraban alcanzar la dicha de tenerla entre sus brazos. Cuántas camas, se pregunta el autor, se habrían calentado con el cuerpo de la mochana.
Procurando ser breve con respecto a un libro que, junto con sus libros hermanos, se defiende solo, quisiera dedicar un sentido homenaje a su autor: Mientras Bayardo Ulloa dedica su trabajo a Riobamba, en sendas obras generadas desde Riobamba, como en su momento lo hiciera también a su natal Mira, ¿qué han hecho, me pregunto, los anodinos detractores que aun piensan que los mal llamados “fuereños” no deben decir una palabra siquiera sobre la realidad local?. Si, como reza el decir, solo se ama lo que se conoce, es indudable que Riobamba y Chimborazo tienen en Bayardo Ulloa uno de sus hijos predilectos. Hace seis años ya, cuando elaboraba mí Índice de novelistas chimboracenses, una nota de prensa me advirtió de que entre nosotros escribía y publicaba novela un literato e historiador oriundo de Carchi. No dude en buscarlo y no tardé en encontrarlo. Al rato me deleitaba leyendo ese dulce llamado Soltar los pasos, tanto como para atreverme a informar en mi Índice sobre la inminencia de nuevas obras por parte de su hacedor. Hoy, cuando mucho agua ha corrido ya bajo el puente, celebro como el que más el haber contribuido siquiera mínimamente a promover la obra de Bayardo Ulloa, a quien los chimboracenses y los ecuatorianos, sin distinciones retrógradas pero con júbilo, llamamos nuestro escritor.

Señoras y Señores.

Riobamba, 17 de septiembre del 2009
Teatro de la Casa de la Cultura "Benjamín Carrión" Núcleo de Chimborazo

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