LAS MARCAS EN EL GANADO



  La actividad ganadera florecía en las tierras generosas de lo que hoy es el Ecuador. El ganado en todo tiempo ha sido un bien que merecía la atención preferente de sus propietarios y desde luego de los gobernantes.
Numerosos hatos se mantenían con mucho celo. Esta actividad proporcionaba fuerza para el trabajo de la tierra, el transporte de productos y como alimento. La carne, leche y sus derivados: queso, mantequilla servían para elaborar los platos de la gastronomía. Para el alumbrado se utilizaba el "cebo fluido" con el que se surtían los mecheros que proporcionaron luz, en algunos sectores rurales, hasta el sigloXX. Para zapatos y vestimenta, aperos de labranza, de arriería o en la misma ganadería se utilizaba el cuero preparado, curtido o curado de mil formas.
Para mantener el registro y proteger del robo, o al menos poder seguir la pista del ganado, se ponían marcas al fuego para que con esas improntas se pueda identificar al propietario.


Estaba instituida la “marca del ganado”, para lo cual El Cabildo daba título en forma sobre un hierro que tenían monogramas de las más variadas figuras o combinaciones de letras con las iniciales de los nombres de los dueños del hierro. Estos monogramas constaban al margen del escrito en el que se les concedía el título.
Del Libro de (Proveimientos de tierras, cuadras, solares, agua, etc., por los Cabildos de la Ciudad de Quito), como ejemplo incluimos algunas marcas registradas en la Villa de Riobamba, entre 1585-1594. El 12 de septiembre de 1589 a André Yancha, natural de Calpi. A Alonso Tacura, indio natural de los Puráes, el 26 de octubre de 1593. El 19 de abril 1586 a Benito Agualcaza cacique del pueblo de Achambo. A Juan Ñu natural de Luisa, 13 de septiembre de 1586. A Juan Quingaray, de Chambo, 3 de octubre de 1586. A Pedro Sánchez, barbero, indio de Achambo, 3 de junio de 1587. A Juan Rodríguez de la Calle, residente en Chambo se le da título "de un hierro y señal con que hierre su ganado,... con que hierre ante el Corregidor de aquel partido o en su ausencia ante el sacerdote de aquella doctrina". 27 de junio de 1591. Diego Tully, indio de Quina en los Puruáes, 29 de octubre de 1593. Gabriel Yangul del pueblo de Cebadas, 14 de diciembre de 1593.
Se da patente a 178 marcas o señales para el ganado.          
Los herreros en sus fraguas daban forma a los hierros que luego puestos al rojo vivo se imprimían, indeleblemente, en la pierna del ganado.
El rodeo en las comunidades que disponen de páramos, todavía permite reunir el ganado en días especiales para salar y marcar el ganado.


Riobamba, abril de 1999

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