CARPINTEROS DEL PUEBLO DE MIRA

Mi hermano Francisco me preguntó: ¿Quién sería el carpintero más antiguo de Mira?, le di algún nombre, y ahora, anoto otros.

Entre nuestros nativos mireños habría gente muy hábil para la construcción sus bohíos para la vivienda y artefactos en madera, como caqueros y guallmos. Indudable que no les dirían carpinteros porque ese apelativo llegó en la colonia.

El carpintero es un artesano que trabaja con la madera. Siempre fue de gran importancia, más en el pasado, porque la mayoría de las construcciones se realizaban en madera. Los muebles y las casas requerían del carpintero.

Pocos de éstos artesanos hacían de todo, la mayoría eran especialistas, por ejemplo: en “ruedas hidráulicas” para los trapiches que abundaban en las haciendas del valle del río Mira, otros fueron armadores de casas; expertos en pisos, en aire o “colocación de cubiertas”. Otros versados en entablados, puertas, ventanas.

Se tiene un dato cierto sobre el establecimiento de las primeras construcciones en Mira. Por los años 1572-1576[1], se habría construido algunas casas y la iglesia del pueblo y, allí, estarían los primeros carpinteros, albañiles, picapedreros, tapiadores, tejeros, aserradores y otros artesanos.

Unos pocos nombres de carpinteros del pueblo de Mira: Eduardo Borja, negro esclavo de la hacienda La Concepción en 1798, que declara a favor del propietario en los sucesos del levantamiento de los esclavos de esta hacienda[2].

Mi padre, Medardo L. Ulloa, entre sus múltiples aprendizajes de juventud, se preparó en la carpintería del maestro don Manuel Torres, por los años 1912 – 1914, y pude observar sus habilidades cuando construyó, en madera, una pequeña casa de campo; primero la armó en el patio de la casa familiar en Mira, luego la desarmó y las piezas las llevamos a una propiedad que teníamos en el sector de San Nicolás, allí ayude a armar, nuevamente, la casita. Eso pasó por el año de 1965.

Mi abuelo, Emigdio Enríquez, que llegó a mi pueblo desde El Ángel, por 1949, fue experto en armar el “aire de las casas”, jugar con el “rey o pendolón” y con las “tijeras” (listones de madera) formar los triángulos indeformables que ubicados a un cuarto de la luz de los soportes se consigue una estructura muy sólida.

Mi abuelo me permitía utilizar sus herramientas, ajustar las tablas en el banco de tornillo y pasar la “muñeca de algodón” empapada en laca para darle brillo a algún mueble fino que también salía de su taller que, luego, lo heredó mi tío que tiene el mismo nombre.

Otro carpintero, al que por algunas veces le ayudaría a concluir alguna obra pequeñas, hace unas cinco décadas; se llamaba Carlos Dávila, oriundo de la parroquia de Bolívar y afincado en Mira, desde 1950 más o menos. En Mira envejeció y murió. Su historia de vida me permitió escribir un cuento que lo publique en mi libro “Arrebato & Calma” en 2013.

Volviendo al año de 1900, en el directorio de artesanos de la Provincia del Carchi, publicado en la Guía del Ecuador de ese año, están registrados los siguientes carpinteros: Antonio Benítez C., Nicolás León, Manuel Benítez, Carlos Lomas, Segundo Benítez, Emiliano Muñoz, Remigio Cabezas J. (fallecido el 21 de abril de 1941, a consecuencia de haber caído de una viga en el trapiche de Huaquer), José Manuel Muñoz, Segundo Clavijo, Antonio Pazmiño, Gabriel Herrería, Antonio Rivas M., Nicolás León y Manuel de la Torre.

Estos son algunos de los nombres de los carpinteros que con su trabajo esforzado, apoyaron en la construcción de gran parte de este pueblo mío.

Mira 12 de enero de 2017

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[1] Navas, Juan de Dios. 2008. Ibarra y sus provincias 1534 – 1932. Reedición de su original de 1929. Ediciones Caracteres Impresos. Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo de Imbabura. 567 p.

[2] Ulloa, Bayardo. 2004. Mira: apuntes del pasado. Editorial Freire. Riobamba. 210 p.
3. Información de Silvia Ximena Ruales Cabezas.