DON CARLOS EMILIO GRIJALVA SIERRA: ARQUEÓLOGO, HISTORIADOR, POLÍTICO Y AMIGO
Bayardo Ulloa
Enríquez[1]
Artículo publicado en el Boletín de la Academia Nacional de Historia. Volumen XCIV Nº 194. Enero - junio 2016. Quito - Ecuador. pp. 201-221.Licenciado Carlos Emilio Grijalva Sierra. Fotografía tomada de: Grijalva, Carlos Emilio. Toponimia y Antroponimia del Carchi, Obando, Túquerres e Imbabura, ed. Ecuatoriana. Quito, 1947 |
Resumen:
El
licenciado Carlos Emilio Grijalva Sierra, fue uno de los intelectuales más
destacados de su época, afincado en la Provincia del Carchi, habiendo cubierto
varias áreas de la investigación, en especial; historia, antropología, arqueología
y filología. Su esfuerzo permitió que la Provincia del Carchi, cuente, en la
actualidad, con referencias fundamentales para la historia. Además, fue un entusiasta
colaborador para el desarrollo de la infraestructura pública como autoridad
designada por el voto popular o como un ciudadano más. Se incluye un listado de
su obra publicada e inédita. En este artículo realizamos un recuento de su
afecto para el pueblo de Mira en la Provincia del Carchi y su sensibilidad de
hombre sabio, manifiesta en su correspondencia personal.
Palabras clave: Carlos
Emilio Grijalva, Carchi, historiador, Mira.
Abstrac:
Carlos Emilio Grijalva Sierra was one of most outstanding intellectuals
of his time, based in the Province of Carchi, having covered several areas of
research, in particular; History, anthropology, archeology and philology. His
offorts allowed the Province of Carchi to count, at present, with fundamental
references to history. In addition, he was an enthusiastic collaborator for the
development of the public infrastructure like authority designated by the popular vote or like
another citizen. A list of his published and unpublished work is included. In this
article we make a recount of his affection for the people of Mira in the
Province of Carchi and his sensitivity as a wise man, manifested in his
personal correspondence.
Keywords: Carlos Emilio
Grijalva, Carchi, historian, Mira
Biografía de
Carlos Emilio Grijalva
Solo
cuando escudriñamos en la Genealogía podemos descubrir que don Carlos Emilio
Grijalva fue quiteño, pero por derecho de sangre, sol y suelo, siempre fue
carchense. Sus padres fueron el Sr. Dn. José Benigno Grijalva Grijalva y la
Sra. Dña. Rosa Sierra y Fierro. Nació en Quito el 16 de enero de 1885, cuando
la provincia del Carchi, a la que le dedicaría sus mejores esfuerzos por
construir su historia, apenas, contaba con cinco años de establecida.
La
inclinación por la historia pudo caerle como chorro de agua bendita en su
cabeza párvula, de la mano del historiador, Padre Lorenzo de San Vicente, que
era el Superior de los Jesuitas de Quito, quien lo bautizó. Su niñez y juventud
las pasó en Ibarra, en donde estudio la primaria y secundaria, luego en Quito
en la Universidad Central y el 9 de diciembre de 1911, alcanzó el título de
Licenciado en Jurisprudencia.
Se
casó con Josefina Grijalva, su prima segunda. El 17 de agosto de 1915, se
realiza la proclama de soltería de los contrayentes, en la parroquia de San
Rafael de Bolívar ante el párroco Ricardo I. Reyes: comparecen; “Carlos Emilio Grijalva, oriundo de la
ciudad de Quito y residente en esta, hace algunos años, y Josefina Grijalva, …
de esta parroquia, el de unos treinta años de edad más o menos e hijo de José
Benigno Grijalva y Rosa Sierra F., ella de treinta años de edad más o menos e
hija de Vidal Grijalva y Rosa Grijalva”. [2] Los testigos fueron;
Rafael G. Mantilla y Antonio Tirado (de Bolívar), pero como el contrayente ha
residido en Quito, Ibarra y El Ángel, se llama a los testigos; Dr. Joaquín
Dávila de Ibarra y Rafael Escobar de Bolívar.
Se
radicó en el pueblo de Bolívar, combinando las actividades intelectuales con
las labores del campo en la heredad familiar. Más que político fue un buen
servidor público del Carchi, desempeñándose como Visitador Escolar, Director de
Estudios, Rector del Colegio Nacional Bolívar de Tulcán, en donde fue maestro
de Historia y el organizador del Museo Arqueológico, Gobernador del Carchi,
presidente de los Concejos Municipales de Tulcán y El Ángel. Asambleísta de la
Constituyente de 1936 y diputado provincial en 1937. Miembro de la Academia Nacional
de Historia y de la Academia de Ciencias de Madrid. Miembro de la Comisión
Limítrofe entre Ecuador y Colombia, entre otros cargos, designaciones políticas
o de elección popular.
Falleció
en la ciudad de Ibarra el 18 de junio de 1947. Julio Muñoz, en una corta
biografía, dice:
“Fue don Carlos Emilio Grijalva uno de
esos hombres que al alejarse de este mundo dejan un recuerdo inolvidable en la
memoria de las generaciones que se suceden. Un hombre que, con su abnegación,
su esfuerzo constante y vigorosa mentalidad, dejó impresa, en la cultura
nacional, una amplia avenida que servirá de ruta luminosa, de ejemplo
edificante, a las juventudes ecuatorianas”, más adelante escribe: “El día del traslado de sus despojos
mortales fue de consternación general y, el duelo social, adquirió proporciones
de gratitud: lo perecedero se tornó en imperecedero. Murió en Ibarra,
recibiendo el aplauso unánime por su infatigable y fecunda labor intelectual. [3]
Don Jacinto Jijón y Caamaño rindió su
homenaje póstumo al ilustre extinto, en estos términos: “Ha muerto un sabio. El
Ecuador pierde uno de sus más preclaros hombres de Ciencia”.[4] Don Carlos Emilio
Grijalva fue incansable investigador y prolífico escritor con más de un
centenar de aportes que permiten descubrir la historia, en especial del sur de
Colombia y el norte del Ecuador. Jijón y Caamaño, dice;
“El año
de 1919 los que nos ocupábamos de escudriñar el pasado precolombino del
Ecuador, fuimos sorprendidos por un estudio que apareció en “El Comercio”,
diario quiteño, los días 19, 20, 21, 22, 23 y 24 de Diciembre, intitulado “Los
Aborígenes del Carchi no son Encabellados” , pues dicho escrito revelaba una
riqueza de información, un conocimiento de la materia y un juicio crítico
certero, a los que no estábamos acostumbrados encontrar en artículos de
periódico. Era una revelación de un estudioso de gran fuste, que vivía alejado
de los cenáculos y recluido en una provincia apartada”. [5]
Más
adelante manifiesta:
“En ese año, en el número correspondiente
a Mayo y Junio del Boletín de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos
Americanos, publiqué un Ensayo Provisional acerca de las lenguas indígenas que
se hablaron en el Ecuador Interandino y Occidental, con anterioridad a la
Conquista Española, en el cual, siguiendo la opinión de los Señores Dr. P.
Rivet y H. Beuchat, sugerí el que el antiguo idioma de los Pastos, debió ser
semejante al Encabellado”.[6]
“Dn. Carlos Emilio Grijalva, con datos
sacados de los archivos de Imbabura y el Carchi, analizados con maestría,
demostraba que Pasto, Muellamués y Coaiqueres hablaban un mismo idioma”.[7]
“Su raciocinio me convenció plenamente,
entablamos correspondencia que fue la base de nuestra amistad”.[8]
“Más tarde, enredado en una ardiente
polémica con el Dr. Max Uhle, acerca de la prioridad en el descubrimiento, la
importancia y antigüedad de las ruinas de Cuasmal, publicó el interesantísimo
libro “La expedición de Max Uhle a Cuasmal o sea la Proto-historia de Imbabura
y Carchi”.[9]
“Carlos Emilio Grijalva, como filólogo y antropólogo
fue un auto-didáctico, que llegó a saber mucho a fuerza de estudio y meditación
de incansable y prolijo examen de documentos originales inéditos, de los que
extrajo fructuoso jugo a fuerza de paciencia y sano juicio crítico”.[10]
“Era el sabio que se había hecho a sí
mismo en el aislamiento, sin maestros y con muy pocos libros de consulta, que
leyó y releyó, cuanto manuscrito de los siglos XVI, XVII y XVIII llegó a sus
manos en busca de minucias relativas al indio ecuatoriano, que de estas menudencias,
a fuerza de paciencia y merced a una intuición científica admirable y a un
juicio crítico acertadísimo logró sacar deducciones que, a medida que avanza el
conocimiento de nuestras antigüedades, van confirmándose”[11].
En
el primer párrafo de la introducción de Toponimia…, Jijón y Caamaño, dice:
“Las páginas de este libro no las leerá su
autor, que no ha de enterarse de las cortas líneas en que vamos a referirnos a
su fecunda obra, de investigador concienzudo y metódico”. “Cuando la “Toponimia
de la Provincia de Imbabura, Carchi, Obando y Túquerres” había entrado en
prensa, sin que lo supiese el Sr. Dn. Carlos Emilio Grijalva, el Señor puso
término a sus días y sucumbió al peso de la enfermedad cardiaca, que hacía
tiempo le aquejaba”.
“Sintiéndose ya grave, unos meses antes de
su muerte, me envió el manuscrito, pidiéndome lo guardara en mi biblioteca,
para que el fruto de sus desvelos no se perdiese para la posteridad. Creí que
la mejor forma de cumplir su deseo era enviándolo a la imprenta”.[12]
La
Academia Nacional de Historia[13]
conoció del fallecimiento de Carlos Emilio Grijalva, noticia que fuera
publicada en sus Notas necrológicas, del Boletín N°. 69:
“Carlos Emilio Grijalva. - El 18 de junio
de junio (1947) recibimos de nuestro Correspondiente en Ibarra, Dr. Luis Hierro
F., el siguiente telegrama: ‘Esta mañana dejó de existir señor Carlos Emilio
Grijalva, distinguido historiador nacional’. La prensa del país confirmaba
luego la deplorable noticia, añadiendo justas y merecidas referencias a los
conocimientos de este ecuatoriano distinguido que había venido publicando obras
de gran valor acerca de la prehistoria ecuatoriana, como son sus estudios sobre
la expedición de Max Uhle a Cuasmal, y otras como fruto de sus investigaciones
en los archivos de Imbabura y Carchi, como el ‘Bolívar en Ibarra’ y los ‘Datos
biográficos del Capitán Hernando González de Saa’”.
“En este mismo número del Boletín se
publican ‘Noticias de mi pegujal’, valiosos datos sobre los antecedentes de
Martín Sánchez Montero, fundador del colegio de San Diego de Ibarra. Este
trabajo sale en nuestras páginas como homenaje al Académico Correspondiente,
cuya muerte deploramos sinceramente”.
Sus
investigaciones le permitieron estructurar artículos y libros de gran
importancia para la historia, especialmente, del norte del Ecuador y con
preferencia sobre la provincia del Carchi.
A
continuación, una lista de las obras de Carlos Emilio Grijalva Sierra, que indudablemente
puede ser incompleta[14]:
· Despedida (Poesía
publicada en prensa local no identificada). Ibarra, mayo 31 de 1908. Archivo:
Cecilia Miño G.[15]
· Los Municipios. Tesis
previa al grado de Licenciado en Jurisprudencia. Tipografía El comercio.
Ibarra. 1912. 66 p.
· Luctuoso Aniversario.
A la memoria de Juan Gabriel Guzmán. Tipografía El Comercio. Ibarra. 1912.
· Ecuador. Poesía.
Comienzos. San Gabriel. 1918.
· Sugestión
Material. Comienzos. San Gabriel. 1918. (Publicado con el pseudónimo Franco).
· Cuestiones
históricas. El Comercio. Quito. Octubre 23 de 1918.
· Un capítulo para
la monografía de San Gabriel. Comienzos. San Gabriel. Enero 15 de 1919.
Bibliografiado (sic) en Grano de Arena. Enero 20 de 1919.
· Carchi o
Hirinsuyo, país de los fuertes. Comienzos. San Gabriel. 1919.
· Los aborígenes del
Carchi no son encabellados. El Comercio. Quito. Diciembre 27 y 28 de 1919.
· Carta abierta al
Rdmo. Sr. Dr. Don Elías Liborio Madera. El Comercio. Quito. Junio 19 al 23 de
1920.
· Documentos
Históricos. Boletín de la Academia de Estudios Históricos Americanos. N°. 12.
Mayo - junio de 1920.
· Historia de la
provincia natal. Boletín Escolar. Dirección de Estudios del Carchi. Tulcán.
Enero de 1921.
· Nombres y pueblos
de la antigua provincia de Imbabura. Boletín de la Academia Nacional de
Historia. Col. II. N°. 3 – 4- Quito. Enero – abril de 1921.
· Taques y Tulcán
viejo. Boletín Escolar. Dirección de Estudios del Carchi- Tulcán. Febrero y
marzo de 1921.
· Artículo
explicando las búsquedas del Título de la Ciudad conferido a Ibarra por la
Junta Superior de 1811. Ferrocarril del Norte. Ibarra …
· Notas para el
estudio de la instrucción pública. Boletín de la Academia Nacional de Historia.
Vol. II. N°. 6. Quito. Junio de 1921.
· Datos biográficos
de los Gaspar de Argandoña. Boletín de la Academia Nacional de Historia. Vol.
III. N°. 6. Quito. Julio y agosto de 1922.
· Algo a cerca de la
provincia del Carchi. Iniciación. Tulcán. Noviembre 26 de 1925.
· Etimología de la
palabra Guaca. Iniciación. Febrero 20 de 1926. Bibliografiado en El Derecho.
Marzo 16 de 1926. Quito.
· Las Ruinas de
Cuasmal. El Ferrocarril del Norte. Ibarra. Agosto 10 de 1926.[16]
· El descubrimiento
arqueológico de Cuasmal. El Guante. Guayaquil. Marzo 26 de 1926.
· Correspondencia
dirigida al Sr. director de El Observador, de Ibarra, comentando los estudios filológicos
del Pbro. Coba Robalino. El Derecho. Quito … …
· Interpretación de
las palabras Cayambe y Otavalo. El Observador. Ibarra. Mayo de 1929.
· Interpretación de
la palabra Caranqui. El Observador. Ibarra. Junio de 1929.
· Tulcán antiguo.
Colaboración en la monografía de Tulcán, del Sr. Alejandro Mera; estudio
desautorizado, por haberse publicado sin las correcciones del autor. Quito
1929. Colaboración en la revista Espejo, publicada el 1 de enero de 1935 con
motivo de la cantonización de El Ángel en septiembre de 1934.
· Bolívar en Ibarra.
Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios de Tulcán. 1936.
· Genealogía de la
familia del Hierro. Escuela de Artes y Oficios. Tulcán. 1937. 108 p.
· ¿Desde cuándo es
delito publicar trabajos guardados? Correspondencia dirigida a El Comercio y El
Día de Quito. Abril 10 de 1926.
· La expedición de
Max Uhle a Cuasmal o sea la Protohistoria de Imbabura y Carchi. Imprenta
Fernández, 1939. Escuela Tipográfica Salesiana, 1942 (296 p.). Editorial
Chimborazo 1937. Colección Rumichaca. N° 8. Casa de la Cultura Ecuatoriana
“Benjamín Carrión”. Núcleo del Carchi. 1981. 294 p.
· Los indígenas de
Otavalo en el descubrimiento del Amazonas. Boletín de la
Academia Nacional de Historia. Vol. XX. N°. 56. Quito. Julio – diciembre de 1940.
Academia Nacional de Historia. Vol. XX. N°. 56. Quito. Julio – diciembre de 1940.
· Reparto
interesante sobre la palabra Guaillabamba. Ultimas Noticias. Quito. Julio 2 de
1941.
· Datos biográficos
del capitán Hernán González de Saa. Tipografía Municipal Tulcán. 1943. Revista
del Núcleo de Imbabura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, N°. 18. Junio 26
de 1943.
· Sic Vos, Non Vobis
… Iniciación. Publicación mensual de los estudiantes del Colegio Nacional
Otavalo. Diciembre 26 de 1946.
· Noticias de mi
pegujal. Boletín de la Academia Nacional de Historia. N°. 69. Quito. Junio de
1947.
· Historia de la
instrucción pública en la antigua provincia de Imbabura. Tipografía El
Comercio. Ibarra. 1947. 55 pág. Obra póstuma.
· Toponimia y
antroponimia del Carchi, Obando, Túquerres e Imbabura. Editorial Ecuatoriana.
Quito. 1947. Publicación realizada por el Sr. D. Jacinto Jijón y Caamaño.
Inéditas:
· Cuestiones previas
al estudio filológico – etnográfico de las provincias de Imbabura y Carchi.
Prehistoria. Tomo II. 300 p[17].
· Monografía de Bolívar
(Puntal). Un tomo de 200 páginas.
· Ibarra en los
primeros años de su fundación. (1606 – 1631). Un tomo de 150 p.
· Correspondencia
histórica con varios escritores. Un tomo un 250 páginas.
· Documentos del
siglo XVI. Un tomo.
· Documentos del
siglo XVII y XVIII. Un tomo.
· Inconclusas:
· Historia
particular de las provincias de Imbabura y Carchi.
· Monografía de
Tulcán[18].
· Monografía de
Guaca, Tusa y Pialalquer.
· Genealogía de la
familia Grijalva[19].
· En la
bibliografía, constan, además:
· Trabajos
literarios publicados por Carlos E. Grijalva. San Francisco (Carchi) 1942.
· Correspondencia
dirigida al Instituto Superior de Pedagogía. Enero 1938.
El licenciado Carlos Emilio
Grijalva perteneció a La Sociedad de Estudios Históricos Americanos,
justamente cuando por Decreto Legislativo el 27 de septiembre de 1920 la
Sociedad Ecuatoriana de Estudios Históricos Americanos, que fuera creada por el
empeño del Dr. Federico Gonzáles Suárez, el 24 de julio de 1909, pasa a
denominarse como Academia Nacional de Historia[20], que reúne a destacadas
personalidades de la investigación histórica.
Los miembros de Número y que
conforman esta directiva inicial de la Academia fueron los siguientes: Sr. Dn. Jacinto Jijón y Caamaño,
Director; Sr. Dn. Carlos Manuel Larrea R., Sub-director; Sr. Dn. Cristóbal de
Gangotena y Jijón. Secretario; Sr. Dr. José Gabriel Navarro, Tesorero; Sr. Dn.
Isaac J. Barrera, Bibliotecario; Sr. Dr. Luis F. Borja; Sr. Dn. Juan León Mera
Iturralde; Sr. Dn. Celiano Monge; Sr. Dr. Julio Tobar Donoso; Sr. Dr. Homero
Viteri Lafronte. [21]
Entre
los Miembros Correspondientes Nacionales, a los cuales se les identificó con el
lugar de su residencia, constan: Dr. Octavio Cordero Palacios, Dr. Remigio
Crespo Toral, Rmo. Dr. Julio Matovelle, Dr. Alberto Muñoz Vernaza, Dr. Remigio
Romero León, Dr. Honorato Vázquez. (Cuenca). José Eleodoro Avilés, Dr. Otto von
Buchwald, Camilo Destruge, Gabriel Pino y Roca, Dr. Carlos A. Rolando.
(Guayaquil). R. P. Joel L. Monroy, Padre Jacinto Pankeri G., Dr. N. Clemente
Ponce. (Quito). R. P. S. J. José Félix Heredia, y, Rmo. Dr. Juan Félix Proaño.
(Riobamba). Augusto N. Martínez. (Ambato). R. P. Fray O. P. Alberto María
Torres. (Latacunga). R. P. Fray O. P. Enrique Vacas Galindo. (Roma). Gonzalo
Zaldumbide. (París). Dr. Luis del Hierro y Dr. Amable Agustín Herrera.
(Provincia del Carchi; ciudad de Tulcán); y, don Carlos E. Grijalva, del pueblo
de Bolívar.[22]
Con
muchos de los académicos establecería una buena amistad, y una excelente
relación de investigadores.
El
erudito historiador tenía su faceta de amigo que afloraba en cada aporte
científico. Don Carlos Emilio
Grijalva, cuando inicia su “Monografía
del Pueblo de Bolívar”, manifiesta, nuevamente, el afecto a un pueblo en el
que permaneció por varios años. El amigo investigador que no dejó pasar el
tiempo y se puso a trabajar para pagar “el
hospedaje” recibido en ese pueblo antiguo del Carchi que se llamó Puntal.
Esta
obra fue escrita desde el 18 de septiembre de 1916, a un año de haber contraído
matrimonio y la escribió como recuerdo de su permanencia en Bolívar, lugar en
que nacieron sus hijos Guillermo y Leonor[23], y además, fue el lugar natal de su padre.
Labor
administrativa
En
1939, habiendo sido, prácticamente obligado, a aceptar la candidatura a
concejal del municipio de Espejo, por un grupo numeroso de ciudadanos, entre
los que se encontraban amigos y enemigos, según luego lo descubrió, por un
bochornoso incidente en contra del municipio que fue orquestado por algunos de
los proponentes de su candidatura.
Elegido
por el voto popular, nuevamente, se negó a aceptar participar del concejo, pero
más pudo el interés de las comisiones que llegaron hasta su propiedad agrícola,
y es más, lo que le permitió decidirse, fue la presencia de su hermano Alfonso
Grijalva, en las conversaciones, quién manifestó la especial simpatía y cariño que su padre
Don José Benigno Grijalva, supo guardar para con esa población y que por afecto
filial a su memoria, debían prestar sus servicios a la ciudad de El Ángel,
siempre y cuando fuesen solicitados.[24] Don José Benigno Grijalva
fue oriundo del Puntal y radicado por muchos años en El Ángel y declarado
Benefactor de la ciudad, por los servicios sobresalientes prestados a la
población para su engrandecimiento.
“De esta manera –dice- hube de aceptar el
cargo de Concejero Municipal en el Cantón Espejo; cargo para el cual había sido
candidatizado y elegido por el voto popular sin conocimiento ni aceptación
alguna de mi parte. He tenido que alejarme y desatender a mis hijos, he
descuidado mis negocios y he abandonado la administración de mis fundos,
confiando únicamente en que el sacrificio sería de corta duración y aceptado
con benevolencia y simpatía por parte de mis comprovincianos”. “Entonces hube
de trasladarme a esta localidad, posesionarme del cargo de Concejero, habiendo
merecido el honor de ser elegido presidente de la Corporación Municipal”.[25]
Los
miembros del Cabildo de Espejo en 1939-40, fueron: Carlos E. Grijalva, presidente;
J. César Alejandro Mier, vicepresidente y los concejales: Arsenio E. Carrera,
Daniel P. Cadena, S. Ezequías Hernández. Como procurador Síndico, Carlos Franco
L. Comisario Municipal, Delio Salazar H. y el secretario, Etelberto Justicia V.[26]
Al
pueblo de El Ángel, le dedicó muchos esfuerzos con estudios en arqueología e
historia; sobre el origen del pueblo y múltiples tópicos monográficos.
En
lo que corresponde al pueblo de Mira, Carlos Emilio Grijalva, tuvo una especial
deferencia. Cuando fue Asambleísta Constituyente en el año de 1936, se empeñó
en apoyar en la adquisición de tierras, afán permanente de sus pobladores para
lograr salir de la triste pobreza en la que se encontraban mis paisanos de esos
años; encerrados en medio de una geografía agreste, amurallado el pueblo, por
sus cuatro costados, por haciendas gigantes; sin caminos, sin agua potable, sin
agua para el riego, sin luz. En definitiva el poblado lo constituían un puñado
de personas olvidadas por todos y, apenas, sobreviviendo por el ánimo y
decisión propia, obligados a desafiar a todo y todos, para emprender las luchas
interminables por alcanzar mejores días
para sus familias. En un memorándum con membrete de la Asamblea
Nacional, Don Carlos Emilio Grijalva, de su puño y letra, se dirige a Medardo
L. Ulloa, en los siguientes términos: “Muy
apreciado Medardo: acelere cuanto sea posible la colecta del dinero para la
expropiación; el ambiente es magnífico y esta oportunidad no hay que desaprovecharla.
(f). Carlos E. Grijalva”.[27]
Esto era en referencia a la
pretendida expropiar parte de la hacienda Puchués.
En
agosto de 1936, la Sociedad “Mejoras Locales” de Mira, que presidía Medardo L.
Ulloa, entregó a don Carlos Emilio Grijalva, como presidente del Concejo
Municipal del Cantón Espejo, una medalla de plata en agradecimiento al apoyo a
los esfuerzos emprendidos por los moradores de Mira, para abrir una carretera
que uniera esta población con la línea férrea que pasaría por la Estación Carchi
hasta Esmeraldas. Al entregar la medalla, Medardo L. Ulloa, manifestó:
“Sintiéndome sumamente honrado por mis
coterráneos, cumpliré con el encargo que se han servido encomendarme, para lo
cual me dirijo al Sr. Carlos Emilio Grijalva, al meritísimo ciudadano, al
ilustre hombre público, al sabio historiador e insigne arqueólogo, para quién,
la gratitud de Mira, ha tenido el acierto de declararlo su Protector” … “Sólo
diré que en el curso de mi vida, cuya senda la he cruzado casi íntegramente,
jamás me ha faltado rebeldía, defecto atávico en mi persona; pero, que a pesar
de mi imperfección, si he sabido rendir el verdadero homenaje al talento, a la
dignidad y a la virtud. Y si mi pueblo ha sentido conmigo, encontrando esta
trilogía de merecimientos en la personalidad del Sr. Grijalva, con el mayor
orgullo que he sentido en mi vida, deposito en el pecho del hombre cumbre, del
verdadero valor ecuatoriano, esta medalla que es la representación de nuestra
gratitud y el homenaje del pueblo mireño”.[28]
En
respuesta a esta demostración de afecto, el 5 de agosto de 1936, el señor
Grijalva, en comunicación a Medardo L. Ulloa, manifestó:
“Tengo el agrado de acusar recibo de su
atento oficio N°. 6, fechado el 25 de julio próximo pasado, juntamente con una
hermosa y artística medalla de plata, que la sociedad “Mejoras Locales” de esa
población ha dedicado al Concejo Municipal de mi Presidencia, para que, en todo
tiempo, pueda testificar el denodado esfuerzo con que los hijos del Cantón
Espejo van abriéndose la ruta hacia el Mar, la misma que ha de conducirles a su
prosperidad y engrandecimiento. Ciertamente, en la Historia de los pueblos, no
sólo a de culminar su historia política, sino que, como corolario de ella, ha
de culminar su historia social, en donde debe destacarse el esfuerzo heroico,
de pueblos que, como el nuestro, se abren paso al progreso y a la civilización
luchando, como ahora, solos, de una manera gratuita, venciendo resistencias de
quienes tienen estricta obligación de devolver en servicios lo que han recibido
en contribuciones”.[29]
En
los empeños, sin descanso, que tenían los mireños, y, en la amistad cultivada entre
don Medardo L. Ulloa y don Carlos Emilio Grijalva, nunca faltaron las cartas o
documentos “oficiales” para pedir
apoyo a las pequeñas obras que necesitaba Mira; pequeñas obras que irían
marcando el porvenir de un poblado olvidado de los poderes públicos, en donde
se comprometía su gente por construir la “obra
pública” con sus propias manos.
Apoyo a parceleros
El
anhelo de los habitantes de la población de Mira fue tener una parcela propia y
dejar de ser peones de las haciendas colindantes. En ese empeño dedicaron sus
mejores esfuerzos y por muchos años.
Para
1937, la intensión de parcelar una parte de la hacienda Puchués, tenía el
respaldo de don Carlos Emilio Grijalva, Diputado por la Provincia del Carchi, al
que le comunicaba el Subsecretario del Ministerio de Previsión Social, Trabajo,
Agricultura e Industrias, Dr. Gonzalo Domínguez, con oficio N°. 207-Sb, de
fecha, 30 de septiembre, lo siguiente:
“Este Ministerio ha visto con sumo agrado
la actitud adoptada por usted en favor de los habitantes de Mira, en el sentido
de procurarles tierras y mejorar así, de hecho, su situación económica”.
“Secundando esta iniciativa, inmediatamente se ha dirigido una carta al señor
don Manuel Freile Larrea, hermano del propietario de la hacienda “Puchués” que,
actualmente, está residiendo en París, informándole acerca del propósito del
Ministerio de expropiar una zona de la referida hacienda, y concediéndole el
plazo de treinta días”. “Oportunamente me será grato comunicar a usted el
resultado que hubiere de estas primeras gestiones”.[30]
El
31 de enero de 1939, Medardo L. Ulloa recibía la contestación a una carta que habiendo
sida dirigida a Quito fue reenviada a El Ángel, en la que Grijalva, dice:
“Tengo sumo interés en la instalación de
la tubería de esa localidad, y convénzase Ud. de que haré todo lo posible para
cederle, así sea sacando la tubería de lo que corresponde al agua potable de El
Ángel. Siga trabajando esa obra con todo interés y siga informándome de las
necesidades de esa parroquia; yo tengo el mejor deseo de servir a esa población
y mucho se hace cuando hay siquiera buena voluntad. - Con afectuoso saludo para
Ud. y los suyos, me suscribo su afectísimo amigo y S. S. Carlos E, Grijalva.”[31].
En
esas fechas tenía una campaña atosigante de dos miembros del PartidoSocialista,
que, siendo concejales del anterior cabildo, añoraban volver, deslegitimando la
gestión de Grijalva.
Mi
pueblo, Mira, seguía con su superación por iniciativa propia, y Medardo Ulloa,
invitaba a don Carlos Emilio Grijalva a la inauguración de tanques y una primera
red de agua potable para el pueblo. El 11 de mayo de 1940, desde la hacienda
San Francisco, propiedad del Señor Grijalva, contestaba a la carta enviada el
10 de mayo de 1940:
“Siento
en el alma no poder concurrir a la simpática fiesta que Uds. preparan para
inaugurar los tanques y una de las redes de las instalaciones de agua potable
en esa importante Parroquia. Un cúmulo de circunstancias desfavorables me
impide acompañarlos personalmente, como lo haré desde aquí y en todo momento en
que pueda prestar mis pequeños servicios a ese pueblo valeroso, altivo y
abnegado, al que le aguarda un grandioso porvenir en tiempo no lejano. Si hay
alguien a quien deba agradecerse la iniciación de tan importante obra, esa
persona es Ud., que ha sabido ponerla en ejecución con el tino, paciencia y
cordura de que están provistos los hombres privilegiados y que han nacido para
el bien de sus semejantes. Ratifico, pues, las palabras de González Suárez
cuando dijo que los buenos gobernantes son el mayor bien que la Providencia
pueden deparar a los pueblos; Ud. no es gobernante, pero si un dirigente que
representa muy bien el alma del pueblo de Mira. Lo felicito por la obra que van
a inaugurar y por la orientación que Ud. sabe dar a su pueblo. - Reiterándole
el testimonio de mis consideraciones y aprecio, agradeciéndole por tan culta y
amable invitación, me suscribo de Ud. Atto. Amigo y S. S.- Carlos E. Grijalva”. [32]
Para
abril 4 de 1944, en carta a la señorita Mariana León, escrita desde El Ángel,
justifica el retardo de la contestación: “por
motivos de graves enfermedades, contratiempos y viajes”, y a continuación
dice: “No creí que estuviera tan próximo
el resurgimiento de Mira y que sus dirigentes actuales –entre ellos, el culto,
inteligente y simpático Medardo Ulloa- habían de llegar a constituirse en
héroe, a quien recordarán, con gratitud y cariño, las generaciones venideras.[33]
Otro
de las necesidades imperiosas era conseguir agua de riego que era muy escasa y
no permitía desarrollar sus pocos cultivos. Así lo manifestaban en una hoja
volante:
“El Pueblo de Mira a la ciudadanñia
ecuatoriana. - … Mira sacudida por la mano del dolor; Mira, que solo ha servido
para otros, olvidándose de su propio destino; convertida en un solo corazón, se
ha levantado a reclamar sus derechos, como Pueblo y como Entidad Social. Tierra
y Agua constituyen su Espacio Vital; Tierra y Agua son su máxima aspiración:
Tierra y Agua constituyen su liberación económica y aquello lo conseguirán
entro de la norma de la Ley y al amparo de la justicia que le asiste”.[34]
En
marzo 2 del mismo año logran adquirir 10 litros de agua, permanente, por
segundo, sobre la base de los seis molinos de la acequia Guaquer de los
propietarios don Carlos Manuel Tobar Landázuri y su esposa la señora M. Natalia
de Tobar. El valor por la compra del derecho al agua, lo pagaron los hermanos,
filántropos mireños, León Rúales. Al respecto en la misma carta, a la señorita
Mariana León, don Carlos Emilio Grijalva, en un post data, escribe: “Felicito al pueblo de Mira por la
adquisición que ha hecho de unos cuantos litros por segundo que le ha cedido el
señor Carlos Tobar Landázuri, de la acequia de Guaquer. Adelante, señorita
Mariana, hasta colocar la palabra ¡EXCELSIOR! en la cumbre del Aiguán…”.[35].
El amigo
Ya en los asuntos
personales se puede notar su sensibilidad y sencillez de amigo, cuando en una
carta escrita desde Ibarra el 21 de marzo de 1947, a pocos meses de su
fallecimiento, dice:
Muy
apreciado Medardo: “Al cabo de mucho tiempo
se me ha ofrecido dirigirme a Ud. y esto para molestarlo y pedirle un
importante servicio. - Un tal Sr., Humberto Chico Albán, se ha propuesto hacer
casa de teja en Mira y desde allí, como Júpiter Tonante, nos notifica sus
avalúos prediales y nos exige datos y noticias juradas, al efecto de nuevos
avalúos y tributaciones. Con fecha 19 del presente mes recibí un avalúo del
predio “La Esperanza”, predio que desapareció hace cosa de tres años en el
Catastro, en el que figuran los lotes con los nombres de “San José” y “San
Rafael”. El primero me corresponde a mí y nada de particular hubiera que se me
pidan nuevos datos para otro avalúo; pero es el caso que me viene un avalúo del
predio “La Esperanza”, ya dividido, y no así el Sr. Jefe de la Comisión trate
de mi lote o de la antigua hacienda, ya partida”.- “Yo saque copia del oficio
que contesté al Sr. Avaluador y se la remito para que se la lea juntamente con
el Sr. Octaviano Navarrete y, así como espero, Uds. encuentren fundadas mis
observaciones, le ruego influir con el Sr. Avaluador, a fin de que entienda
justicieramente mis reclamos. Todos son perfectamente exactos, pero no puedo
entrar en un proceso de probanzas que me resultaría largo e imposible por el
estado de salud en que me encuentro. Ud. que sabe encontrar tres pies al gato,
tendrá esta oportunidad de salvarme de un daño desmesurado y sabrá informarle
al Avaluador que mis posibilidades no llegan ni a los tobillos de mi hermano
Alfonso, a quien pregona la fama, pero no por condueño de “La Esperanza”, sino
por presunto heredero de la hacienda “La Rinconada”. Cuando se avalúe este gran
predio tampoco yo he de observar nada, aún que en ese espejo no se han de mirar
mis ojitos llorones. - Perdone la molestia que le he disparado a quemarropa,
pero eso les sucede a los amigos cuando son simpáticos e inteligentes. -
Esperando la oportunidad de servirlo, me despido deseándole salud, dinero y
amor y toda clase de bienestar personal. - Su afmo. y S. S.- Carlos E. Grijalva”.[36]
El 7
de abril de 1947, desde Ibarra, don Carlos Emilio Grijalva seguía con el
inconveniente de los evaluadores y escribía:
“Muy apreciado Medardo: Por el enorme
aprecio y confianza que en Ud. tengo, me permito incluirle en la comunicación
adjunta unos dos recibos o cartas de pago canceladas en la oficina de
Recaudaciones de impuestos fiscales, referentes al impuesto predial”
[37], más adelante le da algunas indicaciones con la
finalidad de rectificar los pagos que injustamente le querían realizar los
evaluadores.
“Le envió, también, copia de una réplica
al Sr. Chico Albán, que ha sabido ser, a más de Avaluador intenso, un polemista
trasnochado. Haga la caridad de leerlo mi oficio y de reírse, con su sal y su
pimienta acostumbradas; para eso nomás le envío y si no se ríe, mándeme un pellizco
o tíreme del saco, porque la cosa si no es chusca, tiene que ser ridícula y por
esto Ud. comprobará como anda la Administración Fiscal y cómo andamos los
contribuyentes, inclusive aquellos que como: Doña Antonia Crespo / se dio de
avanzada,/ porque ya no puede/ ni con la frazada/.- Por lo visto Ud. verá que
la mía no es solo gana de molestarlo, sino propósito de constituirlo en Juez de
los entuertos que me hacen, y francamente, si es un consuelo tener a quien
quejarse y contarle sus penas amargas….- Perdone el cariño, la confianza y el
aprecio de su decidido amigo y SS. SS. o rechácelo como venido de enamorada
pobre.- Su afectísimo amigo y SS. SS. .- Carlos Emilio Grijalva”.[38]
Conclusiones
En
su transitar por la vida, las investigaciones históricas y arqueológicas fueron
su pasión. Se dedicó a recorrer los pueblos más pequeños, las quebradas, los
páramos y los valles, del sur de Colombia, Carchi e Imbabura, en los que haría
amistas con los más destacados hombres y mujeres, y, así mismo, con los más
simples y humildes pobladores que encontraba a su paso. Así lo hizo en Tulcán,
San Gabriel, El Ángel, Bolívar, Huaca, Orejuela, Urcuquí, Cahuasqui, Tutapís,
San Francisco, San Vicente de Pusír, Tumbatú, El Tambo, Ipiales, Pasto,
Popayán, Obando, Túquerres, Carlosama, Tufiño, Caico, Cuasmal, Chota, Chota
Chiquito y cientos más.
En
el sector de Mira, mi tierra, recorrería, palmo a palmo; Mira, Pueblo Viejo,
Mascarilla, Pamba Hacienda, La Portada, Pisquer, Piquer, Quil, Huaquer, Santa
Ana, Santa Lucía, Loma Gorda, La Concepción, Estación Carchi, Gullupe, El Hato,
Carlisamá y una infinidad de sitios que no pasaron desapercibidos en sus visitas
o investigaciones.
Sus
largas jornadas con los huaqueros le permitieron tener los conocimientos para
describirnos las costumbres funerarias, las maneras distintas de los entierros.
Los “infieles” como llamamos en el
Carchi a las piezas arqueológicas, que las pudo tener entre sus manos, le
permitieron entregarnos las mejores referencias del pasado.
Su
escudriñar por los archivos y la lectura paleográfica, salvó del anonimato a
muchos personajes y del olvido a múltiples hechos históricos. Por Carlos Emilio
Grijalva, logramos tener partes fundamentales de la historia de la zona norte
del Ecuador y sur de Colombia, que si no hubiese sido por su empeño; datos
valiosos habrían desaparecido para siempre.
Dedicar
tantas horas de trabajo de campo, tantas horas de estudio y luego ponerlas en
el texto a partir de un serio análisis, es una obra que se hace por amistad con
los pueblos, con la gente que habita esos pueblos, por el compromiso que nace
en el fluir de la sangre de sus ancestros convertidos en el numen motivador;
por eso hemos dicho que Carlos Emilio Grijalva es un amigo, un amigo de la
Historia de los pueblos.
Bibliografía
Academia Nacional de Historia. Notas Necrológicas. Boletín N°69,
Volumen XXVII. Quito. Enero – junio 1947. Página 169.
Archivo Ulloa.
Libros de Actas de la Junta Parroquial. Cartas, oficios, telegramas.
Mira-Carchi-Ecuador.
Industria Lechera Carchi S. A. Documentos para la Historia de la Provincia
del Carchi. Época de la Independencia 1818 – 1822. Homenaje al Libertador
Simón Bolívar. Tomo I. Colección Histórica Industria
Lechera Carchi S. A. 1984. Editorial Gallo Capitán. 215 p.
Grijalva, Carlos Emilio. 1947. “Toponimia de Carchi, Obando, Túquerres e
Imbabura”. Editorial Ecuatoriana. Quito. 234 p.
---- . La Expedición de Max Uhle a Cuasmal o la Protohistoria del Carchi. Editorial
Chimborazo. 1937.
Miño Grijalva, Cecilia. Breve reminiscencia de un historiador
ecuatoriano: Carlos Emilio Grijalva (Quito 1885 – Ibarra 1947). Publicado
el 8 de enero del 2015, en el blog APUNTES. Disponible en
http://arqueologia-diplomacia-ecuador.blogspot.com/2015/01/breve-reminiscencia-de-un-historiador_8.html
Muñoz, Julio H. 1959. Breves biografías de algunos hombres que han
contribuido al engrandecimiento del Cantón Espejo. Sr. Lcdo. Carlos Emilio
Grijalva. En Revista Municipal Espejo. Publicación ocasional, con motivo de
la celebración de las Bodas de plata Cantonales, septiembre 27 (1934 – 1959).
El Ángel – Carchi. 32 – 33 pp.
Parroquia de San Rafael de Bolívar.
Libro de informaciones matrimoniales
(1881 – 1932). Archivo parroquial.
Sarance. Bibliografía Científica de
Otavalo. Revista del Instituto Otavaleño de Antropología. Año 1. N°. 1. 1975.
Otavalo. 24 p.
[1]Miembro de Número de la Academia Nacional
de Historia. Ecuador. Máster
en Historia de América Latina, Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España,
2011. Profesor Universitario, entre 1981 – 2014, en la Escuela Superior
Politécnica de Chimborazo. Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo
de Chimborazo, 1982. Miembro de la Corporación Sociedad Amigos de la Genealogía
del Ecuador, 2012. Socio Extranjero de la Academia Nariñense de Historia, 2016.
Mención honorífica al Mérito del Cantón Mira, 2005. Reconocimiento por
Servicios a la Institución y a favor de la Educación del País, ESPOCH.
Riobamba, mayo 2007. Galardón al Mérito Cultural “Manuel. Benjamín Carrión”,
Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Chimborazo, febrero de 2010. Presea
al mérito 2013, Diario La Prensa, Riobamba. Ha publicado varias bras de
insvestigaciones históricas, novela y
cuento.
[2] Libro de informaciones
matrimoniales (1881 – 1932) de la parroquia de San Rafael de Bolívar.
[3]Muñoz, Julio H. 1959. Breves
biografías de algunos hombres que han contribuido al engrandecimiento del
Cantón Espejo. Sr. Lcdo. Carlos Emilio Grijalva. En Revista Municipal Espejo.
Publicación ocasional, con motivo de la celebración de las Bodas de plata
Cantonales, septiembre 27 (1934 – 1959).
El Ángel – Carchi. 32 – 33 pp.
[4] Ídem.
[5]Sobre Carlos Emilio Grijalva, Introducción
de “Toponimia de Carchi, Obando, Túquerres e Imbabura” de Carlos Emilio
Grijalva, páginas I y II.
[6] Ídem.
[7] Ídem.
[8] Ídem.
[9] Ídem.
[10] Ídem.
[11] Ídem.
[12] Ídem.
[14] Lista elaborada por el Dr.
Guillermo Grijalva, publicada en: Artículos y obras, publicadas e inéditas;
escritas por el Lcdo. Carlos Emilio Grijalva Sierra. En Documentos para la
Historia de la Provincia del Carchi. Época de la Independencia 1818 – 1822.
Homenaje al Libertador Simón Bolívar. Tomo I. Colección Histórica Industria
Lechera Carchi S. A. 1984. Editorial Gallo Capitán. Pp. 27- 30
[15] Breve reminiscencia de un
historiador ecuatoriano: Carlos Emilio Grijalva (Quito 1885 – Ibarra 1947).
Artículo de Cecilia Miño Grijalva. Publicado el 8 de enero del 2015, en el blog
APUNTES. -
http://arqueologia-diplomacia-ecuador.blogspot.com/2015/01/breve-reminiscencia-de-un-historiador_8.html
[16] Obra inédita presentada en la
Exposición Interprovincial en Ibarra en julio de 1929, promovida por la Junta
provincial del Ferrocarril Quito – Ibarra- Esmeraldas. Las Ruinas de Cuasmal
alcanzó el primer premio. El informe del veredicto lo firma el Canónigo Dr.
Elías Liborio Madera. El documento se incluye en el libro La Expedición de Max
Uhle a Cuasmal o la Prohistoria del Carchi. Publicado en entregas. 1938.
[17] Publicado por Ediciones Banco
Central del Ecuador. Quito. 1988.
[18] Publicada por ABIA-YALA. Quito.
1993.
[19] Genealogía de la
familia del Hierro; Genealogía de la familia Grijalva de Ibarra (trabajo
inédito que fuera continuado y publicado por Héctor Grijalva con el nombre: Los
Grijalva, Cuatrocientos años en el Ecuador, Colección Sociedad Amigos de la
Genealogía. Quito. 2009. Nota de Cecilia Miño Grijalva de: Breve reminiscencia de un
historiador ecuatoriano: Carlos Emilio Grijalva (Quito 1885 – Ibarra 1947).
Artículo de Cecilia Miño Grijalva. Publicado el 8 de enero del 2015, en el blog
APUNTES. - http://arqueologia-diplomacia-ecuador.blogspot.com/2015/01/breve-reminiscencia-de-un-historiador_8.html
[20]Academia Nacional de Historia. Boletín
de la Academia Nacional de Historia antes Sociedad Ecuatoriana de Estudios
Americanos. Registro Oficial de creación
de la Academia Nacional de Historia. Académicos Correspondientes. Vol.
I. Quito. Julio – octubre de 1920. N° 1.
Tipografía y Encuadernación Salesianas. Quito, p. III.
[21] Academia Nacional de Historia. Boletín
de la Academia Nacional de Historia antes Sociedad Ecuatoriana de Estudios
Americanos. Registro Oficial de creación
de la Academia Nacional de Historia. Académicos Correspondientes. Vol.
I. Quito. Julio – octubre de 1920. N° 1.
Tipografía y Encuadernación Salesianas. Quito, p. V.
[22] Ídem.
[23]Grijalva, Carlos Emilio. 1986.
Monografía del pueblo de Bolívar. En; Amigos de la Genealogía. Colección Amigos
de la Genealogía. Volumen XXIII. Noviembre 1986. Servimpres. Quito. Pp. 134 -
184
[24]Grijalva, Carlos Emilio. 1940.
Informe que presenta a la corporación municipal, el señor Carlos E. Grijalva,
Presidente del Concejo Cantonal de Espejo, el primero de enero de 1940. Editora
Moderna. 24 p.
[29]Carta de Carlos Emilio Grijalva a
Medardo L. Ulloa. El Ángel, 5 de agosto de 1936. Archivo Ulloa. Mira.
[30]Oficio del Dr. Gonzalo Domínguez,
subsecretario del ministerio de Previsión Social, Trabajo, Agricultura e
Industrias. Fechado en Quito el 30 de septiembre de 1937 y dirigido al Diputado
por el Carchi Señor Carlos Emilio Grijalva y entregado a Medardo L. Ulloa por
el señor Grijalva. Archivo Ulloa. Mira.
[31]Carta de Carlos Emilio Grijalva a
Medardo L. Ulloa. El Ángel, 31 de agosto de 1939. Archivo Ulloa. Mira.
[32]Carta de Carlos Emilio Grijalva a
Medardo L. Ulloa. San Francisco, 11 de mayo de 1940. Archivo Ulloa. Mira.
[33]Carta de Carlos Emilio Grijalva a
la señorita Mariana León Z. El Ángel 4 de abril de 1944. Archivo Ulloa.
[34]Hoja volante; EL PUEBLO DE MIRA A
LA CIUDADANIA ECUATORIANA. Mira 15 de febrero de 1944. Archivo Ulloa. Mira.
[35]Carta de Carlos Emilio Grijalva a la
señorita Mariana León Z. El Ángel 4 de abril de 1944. Archivo Ulloa. Mira.
[37]Carta de Carlos Emilio Grijalva a
Medardo L. Ulloa. Ibarra, 7 de abril de 1947. Archivo Ulloa. Mira.
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