EL PASE DEL NIÑO EN MIRA

El pase del niño, es una tradición muy generalizada en el Ecuador. Es una herencia española que pervive en muchos pueblos del país. 

No es un acontecimiento independiente del nacimiento, pesebre o Belén.

Se cree que San Francisco de Asís fue el primero que presentó un nacimiento con figuras vivas el 11 de diciembre del año 1233, pero hay referencias pictóricas del siglo IV, en un sarcófago en Letrán y otro preconstantino en el cementerio de Priscila. San Francisco, así mismo, fue el primero que celebró la misa de medianoche en la ciudad de Greccio, extendiéndose rápidamente la costumbre por toda Italia, luego en España y, posteriormente, con el “descubrimiento y conquista”, en toda América.

El Belén, es una obra de arte popular; es un pueblo en miniatura que en el sitio de preferencia se ubica un pesebre. Se arregla con musgos, vicundos, helechos, piedras de río y arena, con estos elementos se da la forma al pueblito. Los juguetes y adornos llenan el espacio; José, María y los pastores; el buey y la mula, esperan la llegada del Niño Dios, después de la procesión y las ceremonias en la iglesia.

El Niño peregrino, andariego por nueve días, visitará todos los belenes que sele han preparado. Recorrerá dos veces diarias; la primera a las cinco de la mañana y, la otra, al comienzo de la noche.

En el pase de un belén a la iglesia y de ésta a otro belén, un pregonero grita los nombres de los niños “de carne y hueso” que entre despiertos y dormidos, con cara de diablitos arrepentidos llevan en sus brazos, con mucho cuidado, a la imagen del Niño Dios. La banda de músicos, entonan los villancicos tradicionales y monótonos.

Ya en el Belén del barrio, se reza y deja en paz al “niñito” y empieza el festejo con chamizas, vaca loca, ollas encantadas para los niños, y, baile y aguardiente para los mayores.

Mira, diciembre de 1985.


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