DÍA DE LOS DIFUNTOS EN MIRA, ECUADOR


El tiempo pasa inexorablemente y, hoy, hago el recuento de una visita al cementerio de mi pueblo. 
Hay un día para recordar a los muertos, cuando en realidad deberíamos recordarlos siempre, porque muchos, se cruzaron por el camino de nuestras vidas.
Cuántas lágrimas caerán el campo santo en ese día; cuántas plegarias se levaran al cielo; cuantos recuerdos volverán a decirnos de su presencia fructífera cuando nos acompañaron.
He visto la mano temblorosa de un padre que se aferra a la vida y acomoda la cruz, en la tumba de su esposa o del hijo que se adelantaron en el viaje. También, he visto la cruz abandonada, sin nombre ni fecha; se nota que el olvido llegó, o todos los parientes están bajo una cruz, también, anónima y sin flores.
He visto al inocente niño, con una corona entre sus manos, sin saber a ciencia cierta qué pasó con su madre. Ese niño, sin embargo, recordará, para siempre, el inmenso cariño que le prodigó ese ser maravilloso.
La tarde va cayendo y con la salida del último pariente acongojado, las puertas del cementerio se volverán a cerrar. En el transcurso de los siguientes días, serán pocas las personas que llegarán, de tarde en tarde, a depositar una flor en la tumba de un ser querido.
Un dos de noviembre más que ha pasado. Otra vez, aquellos que se marcharon; nuestros muertos, nos dejan solos.
En este día recordamos reverentes al padre, la madre, los hermanos, el pariente y al desconocido.
En las tumbas se marcan fechas definitivas, cuando la muerte hizo su visita, y, allí, el punto de partida para que unos sean recordados por siempre y otros olvidados definitivamente.
Visitamos las tumbas de varios paisanos y así sabemos que don Enrique Arboleda falleció el 26 de noviembre de 1942; Don Rodrigo Rúales Lara, el 28 de enero de 1959; don Alcibíades Urrestta Rúales, el 21 de junio de 1959; don Gabriel Rúales S., el 13 de noviembre de 1959; don Antonio Salustiano Muñoz, el 26 de noviembre de 1961; don Carlos Ramírez Ulloa, el 31 de octubre de 1963; la señorita Mariana León Zuleta , el 26 de octubre de 1969; don Camilo Mafla Vega, el 24 de julio de 1971; don Julio Medardo Ulloa el 30 de junio de 1975, don Medardo L. Ulloa, el 23 de diciembre de 1980, don Jorge Reyes, el 30 de noviembre de 1980; don Abdón León Muñoz, el 12 de diciembre de 1991, el Lcdo. Fernando Villarroel Gutiérrez, el 5 de diciembre de 2022, y, tantos amigos, conocidos y desconocidos a quienes les cobija esta tierra nuestra, este Mira, para siempre.

Paz en su tumba.

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