LA CASCARILLA: UNA HISTORIA NOVELADA
La cascarilla palabra que se perdió de la memoria colectiva hace muchos años. La nativa ayac-cara convertida luego en cinchona. La cascarilla y el Ecuador no pueden separarse, y Riobamba, más aún con su nexo indestructible por haber tenido en su territorio cascarillales y, además, ser el centro de acopio y comercialización.
Quiero con este libro, de alguna manera, hacer un homenaje a toda esa
gente que vivió y murió por la cascarilla. Ese árbol bendito y maldito; bendito
porque permitió seguir viviendo a miles y miles de seres humanos; maldito
porque provocó las más bajas pasiones para lucrar con su producto y hacer fortuna.
Mi homenaje a los simples peones que cruzaron de norte a sur, de este a
oeste, de lo que hoy es nuestro Ecuador, en su afán de sobrevivir o ahorrar
unas cuantas monedas para sus familias siempre distantes. Mi homenaje a nuestra
tierra, a nuestro territorio que produjo esta planta maravillosa. A esta tierra
en donde creció y se descubrió su milagrosa utilidad para curar las calenturas
y, luego, el paludismo, convirtiéndose en el único remedio eficaz.
Remontándonos en la historia alcanzamos a subir a la noa que trajo a
Cristóbal Colón para su invasión de hace siglos. Así mismo la historia nos ha
permitido seguir los pasos de la vida llana y palaciega de la Real Audiencia. Hemos
transitado los caminos y descansado, de tambo en tambo, escuchando mil cuentos
y leyendas. Disfrutamos de las fiestas pueblerinas de mil sitios. Bebimos de
las aguas de vertientes y nos embrutecimos en alguna cantina en un pueblo
perdido.
Asistimos a ceremonias de nativos con sus creencias, hasta ahora,
incomprendidas y poco conocidas. A los ritos de los invasores con cara de
descubridores y redentores y, obviamente, a las ceremonias mestizas que ya son
parte nuestra.
Vimos, por así decirlo, como los más poderosos se confabulaban para apoderarse
de los recursos del país, como se repartían los negocios más lucrativos, como
se peleaban entre ellos por su espacio y el dinero, y, lastimosamente, ese
proceder ha perdurado sin visos de cambio favorable.
Descubrimos a una sociedad, incluso, con sus secretos más íntimos; les
abrimos el portón y nos adentramos por el zaguán, y, esos secretos fueron
sacados de baúles y bargueños.
Hemos vuelto a cabalgar a lomo de mula por los senderos de costa,
sierra y oriente. Hemos sentido los distintos climas. Hemos tenido que soportar
frío y altas temperaturas; chubascos y granizadas. Hemos subido y bajado
montañas.
Pero más que nada nos hemos sorbido despacito, con deleite, los mejores
paisajes que tiene nuestra patria.
Aquí estamos luego de recorrer por distintos lugares y en varios siglos
y con distintas personas; después de meternos en los vericuetos del
descubrimiento, uso y negocio de la cascarilla. Aquí estamos con ustedes, que
afectuosamente han llegado a nuestra invitación para presentarles con mucho
afecto este trabajo que lo hemos titulado: LA CASCARILLA: UNA HISTORIA
NOVELADA.
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