UNA LUCHA EN EL OLVIDO
Fue como retroceder
al pasado. Volví a sentir el sonido constante de la locomotora impulsada por
vapor.
Al ingresar al túnel
tuve la sensación de que escucharía el fuerte sonido del pito y que las luces
me encandilarían, pero solo el silencio y la oscuridad me hicieron compañía.
Recordé que en el
trabajo de esa trocha murieron muchos obreros y una gran cantidad de mis paisanos
laboraron en la misma.
Allí, en algún
campamento perdido, en una noche de reminiscencias y tristeza salieron las
notas y la letra del “Chinchinal”, y, acompañados de una vieja guitarra dirían,
afinando sus voces: “Sobre esta desnuda roca lloraba sangre mi corazón/ al ver
la larga distancia que está mi amor/ Ay corazón de mi alma dónde estará/ Espero
desesperado como un cautivo la libertad/ momentos en que abandono mi soledad/ Ay
corazón de mi alma/ dónde estarás…”. Así mismo, cuando el tren pasó a la otra
margen del río Mira, con gran algarabía se cantó la bomba “El Tren de la
Capital”: El tren de la capital ya ha llegado al platanal del Cabuyal/
entonemos una bomba a la patria ecuatoriana/ Coma´e Pastora tómese un trago y
tómese un trago de este barril/ gritando viva ferrocarril/ Si no le gusta esta
canción, toque la bomba de su patrón.
Ahora sólo queda el recuerdo de los mejores días.
(El tren de la capital - bomba).
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