FUNDACIÓN DE LA VILLA DE SAN MIGUEL DE IBARRA
LA FUNDACIÓN DE IBARRA. PINTURA DE RAFAEL TROYA |
El licenciado Miguel de Ibarra y
Mallea, Presidente de la Real Audiencia de Quito, el 23 de septiembre nombró al
capitán Cristóbal de Troya Pinque, como juez poblador para fundar la villa de
Ibarra.
Dispuso que el nuevo poblado se
llame “La Villa de San Miguel de Ibarra”. “Y señalaréis y amojonaréis por
términos y jurisdicción, por la parte y derechura de la ciudad de San Juan de
Pasto, hasta la puente que los naturales llaman Rumichaca; y por la desta
ciudad, hasta el pueblo de Otavalo, exclusive; y hacia la parte de
Cochecarangue, hasta la laguna questá en aquel valle; y por la parte de la mar,
hasta los pueblos de Lita, Quilca y Cahuasquí”.
Era el 28 de septiembre de 1606, festividades
de San Miguel, cuando el Capitán Cristóbal de Troya recorrió el valle de
Carangue y determinó el sitio para este nuevo asiento. “Luego se dirigió al
centro de la Villa en trance de nacimiento, seguido por lucida cabalgata, al
solar señalado para plaza mayor, donde se hincó un grueso madero a guisa de
rollo que serviría de horca y cuchillo, símbolo de justicia y regimiento”[1].
“Cristóbal de Troya vestía de
capitán, armado de punta de blanco, con morrión emplumado, cota de acero,
espada al cinto; a su lado un alférez enarbolaba el estandarte real; ocupaba
sitio de honor Don Diego López de Zúñiga, corregidor de Otavalo, a quien
acompañaban unos treinta hidalgos representantes de los 160 nuevos vecinos. Por
la iglesia asistieron los monjes agustinos Fray Gabriel de Saona y Pedro de San
Agustín; los dominicos Pedro Bedón y Juan de Arcaya. Entonces el escribano
público, Pedro Carvallo, leyó el ACTA DE FUNDACIÓN y dio testimonio de que se
practicaron las restantes ceremonias usadas en tan trascendentales actos”.[2]
“Y prosiguió con la dicha
solemnidad de la dicha población el dicho Juez Poblador, en el dicho día
veintiocho de Setiembre del dicho año de mil y seis cientos y seis años,
después de haber fijado el dicho rollo en señal de nueva fundación, estando en la
plaza dijo que en nombre de la Católica Real Majestad del Rey Don Felipe
nuestro Señor y en virtud de la dicha su comisión ha poblado y fundado la dicha
villa de San Miguel de Ibarra y puesto horca y cuchillo; en ella; que si había
alguna persona que se lo contradijese, que luego saliese allí, que estaba
presto de poner su vida en la defensa y amparo de dicha villa, en nombre de Su
Majestad como su leal vasallo, y para ello puso mano a su espada y con ella
fuera de la vaina, reiteró y dijo lo suso dicho tres veces; a lo cual las
dichas personas que de presente estaban respondieron que también ellas eran
leales vasallos de Su Majestad y como tales, en su Real nombre, han de amparar
y defender la dicha villa todas las veces que se ofreciere, a cuya cauda el
dicho juez poblador con la dicha su espada desnuda en las manos, por la
posesión y en señal della se llegó al dicho rollo y en él dio dos cuchilladas
diciendo que tomaba y aprehendía en nombre de Su Majestad la tenencia y
posesión de la dicha villa, corporal, actual, vel quasi y que entienda que en
tomar la posesión en ella, la toma y aprehende con todos los términos y
jurisdicción que la dicha villa tiene señalados y en todo lo demás que Su
Majestad fuere servido de dar y conceder a esta villa; y de como tomaba la
dicha posesión quieta y pacíficamente, lo pidió por testimonio a mí el presente
Escribano, siendo presentes por testigos el Capitán Don Diego López de Zúñiga
Corregidor deste Partido y el Capitán Rodrigo de Miño, Antonio de Carvajal y
otras muchas personas de que presente estaban. (f) Cristóbal de Troya (f) Pedro
Carvallo.[3]
En el año de 1649, a pocos días
de un nuevo aniversario de la Fundación de la Villa de Ibarra, con precisión el
24 de septiembre: “… el Cabildo, Justicia y Regimiento de esta dicha villa,
estando en su Ayuntamiento, juntos, como lo ha de uso y costumbre, para tratar
y conferir las cosas tocantes al bien de la República, conviene a saber: el
Capitán Diego de Alarcón Uribe Corregidor y Justicia Mayor de esta dicha villa,
Francisco de Cevallos Alguacil Mayor, Juan de Reinoso Carvajal y el Alferez
Juan de Vergara Regidores, con asistencia del Alférez Juan de Morales Negrete
Procurador General, se hizo al cabildo siguiente:
“En este Cabildo propuso el dicho
Alguacil Mayor que el día del glorioso Arcángel San Miguel es costumbre el
sacar el Estandarte Real, por ser el día dedicado para el dicho efecto, y por
cuanto no hay Alférez Real propietario que lo saque, y este Cabildo tiene orden
de los señores de la Real Audiencia para que en el inter que hay propietario lo
saque un Capitular por su turno, y que en esta conformidad se nombre el Capitán
que ha de sacar el dicho Estandarte Real; y visto por el dicho Cabildo y
Regimiento, unánimes y conformes nombraron al Regidor Jacinto Gallegos al cual
se le entregue el Estandarte Real para que en nombre de su Majestad lo tenga y
haga el juramento en forma como es costumbre, y el Procurador General acuda al
gasto necesario del adorno y cera de la Iglesia Mayor, por cuenta de los
propios de el Cabildo[4]”.
En la sesión del Cabildo de la
Villa de Ibarra del 18 de septiembre de 1656, en su acta consta lo siguiente[5]:
“En este Cabildo se abrió una carta del señor doctor don Pedro Vásquez de
Velasco del {consejo de su Majestad su Presidente de la Real Audiencia de la
ciudad de Quito, en que dice que a muchos días que su Majestad de nuestro Rey y
Señor don Felipe Cuarto, el Grande, que Dios guarde muchos años, tiene mandado
que el glorioso San Miguel Arcángel se reciba y jure por Patrón, así de los
reinos de España como estos de las Indias, reconociendo el afecto con que los
ha defendido, cuyas maravillas son muy notorias a toda la cristiandad, por ser
como es el glorioso Arcángel Sn Miguel Presidente de los Estados de Cristo,
Príncipe de los Ejércitos, su Gobernador, Defensor y Capitán General de su
Iglesia; y vista por este Cabildo, dixeron todos juntos, unánimes y conformes
que se haga como por dichas cartas se manda y para que se festeje la fiesta del
glorioso Arcángel San Miguel con el mayor aplauso y regocijo que se pueda, se
señaló su mismo día que es a veinte y nueve del corriente, día señalado y
dedicado deste Cabildo para sacar el Estandarte Real, y para él se haga saber al Bachiller Francisco de
Alvarado Cura y Vicario de esta villa y a los Prelados de las religiones de
ella, y se despache mandamiento para que todos los vecinos asistan a la
celebración de dicha, fiesta, voto y juramento que se ha de hacer, con las
penas que el dicho Corregidor y Diputados les pusieren”.
“Y luego el dicho Cabildo,
Justicia y Regimiento nombró por Diputado para esta festividad a los dichos
Juan de Reinoso Carvajal y Tomás Sánchez de Rueda y Juan González Verdugo
Procurador General, para que de los propios que hubieren de esta villa hagan el
gasto de dichas fiestas, hasta que se suplique a su Señoría del señor
Presidente se sirva de señalar y hacer merced a este Cabildo de algunas tierras
vacas para este efecto, por no tener propios que puedan suplir el gasto que se
ha de tener en dicha festividad”.
“Así mismo mandaron que el
obligado de las carnicerías dé un día de toros y los criadores otro, y que la
víspera se pongan luminarias en todo el pueblo, y para todo se despachen los
mandamientos necesarios, con lo cual se acabó el dicho Cabildo”. (f) Don
Antonio Egas Venegas de Córdova.- Juan García Blas y Chávez.- Francisco de
Cavallos.- Juan de Reinoso Carvajal.- Tomás Sánchez de Rueda.- Cristóbal Ruales
de la Cadena.- Juan González Verdugo.- Ante mí, Francisco de Grijalva,
Escribano del Cabildo.
Ibarra y su territorio están de
fiestas.
[1]Villalba,
Jorge. 1991. El licenciado Miguel de Ibarra, sexto presidente de la Audiencia
de Quito, su Gobernador y Capitán General, 1550- 1608. Ediciones de la
Pontificia Universidad Central del Ecuador. Quito. 442 p.
[2]
Ibídem.
[3]
Libro de Cabildos de la Villa de Ibarra, 1606 – 1617. Tomo XV. 1934. Quito.
Pp.8.
[4]
Libro de Cabildos de la Villa de Ibarra, 1648 – 1658. Volumen III. Publicación de la Municipalidad
de Ibarra. 1948. Quito. Pp.72-73.
[5] Libro
de Cabildos de la Villa de Ibarra, 1648 – 1658.
Volumen III. Publicación de la Municipalidad de Ibarra. 1948. Quito.
Pp.330-331.
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