CANASTOS DE CARRIZO EN CHIMBORAZO


            Artesanía que beneficia a mucha gente, menos a su constructor.
Nadie puede desconocer la utilidad de un canasto de carrizo. Es común para las compras en el mercado, aunque ahora regrese casi vacío. Hay canastos de todas las formas y tamaños. Puede cargarse a la espalda con la chalina o una soga. Llevarse al hombro o de la forma más común, agarrado de la tiradera.
En el campo se utiliza para guardar granos, alimentos y en el transporte de productos de un lado a otro. Hemos podido ver canastos (sin tiradera) "boca abajo" tapando la gallina para la postura de huevos.

EL TRABAJO

El carrizo para elaborar una canasta debe ser recién cortado para poder modelarlo por ser flexible ya que cuando está seco se rompe con facilidad. Los carrizos son traídos de Cubijíes. Se limpia los residuos de las hojas y luego con la ayuda de un cuchillo o machete se hacen tiras de un centímetro de ancho que sirven para el esqueleto o armazón. Se incluye un cinchón de metal o nailon para darle resistencia.
El tejido se inicia en el asiento y se finaliza con el remate de las tiraderas y los bordes. Se inicia con fibra cruzada y luego se va tejiendo en contorno. A la altura de media canasta se pintan de dos a tres tiras de carrizo, con anilinas verde, rosa o de otros colores, esto se realiza para que el canasto se vea llamativo. Para que la anilina pegue en el carrizo hay que eliminar o raspar la parte brillosa o tejerla del reverso.
Luego de tejida la canasta, se coloca al sol para que se seque y pierda peso.

NO PRODUCE BUENAS ENTRADAS

Tomás Guacho, 60 años de edad y 35 dedicados a confeccionar canastos de carrizo, nos contó que el oficio aprendió de su padre y que nunca le ha producido buenas ganancias. El artesano entrega su producto a los intermediarios a 220 ó 240 sucres la docena, en cambio en el mercado las mismas canastas cuestan 40 sucres cada una. El intermediario gana el cien por cien. La entrega se hace de acuerdo al pedido, porque cuando salen a vender directamente en los mercados, se vuelve difícil y se "anda tonteando", dijo don Tomás, es preferible entregar el pedido. El negocio, aunque no rentable es rápido.
En el mejor de los casos el artesano construye tres docenas de canastos a la semana, que le representan 720 sucres.

EL CARRIZO
 
El carrizo o falso bambú, crece espontáneamente en sitios que tengan buena humedad o en las riberas de los ríos y quebradas.
El carrizo a más de servir para la confección de canastas se utiliza para cercar gallineros, como tutores o sostenes de hortalizas y flores. Se confeccionan esteras, aventadores. Es indispensable en la construcción de la casa o choza rural, ya en las paredes de bahareque, en los tumbados o tejados. Así mismo se utiliza para los esqueletos de castillos y como recipientes de pólvora para los juegos pirotécnicos. Algunos instrumentos musicales son de carrizo: flautas, pingullos, pitos y rondadores.
El cogollo es buen alimento para cuyes, cabras, ovejas y ganado mayor.
                Inclinado sobre un tapete de carrizo, sigue en su trabajo don Tomás Guacho. Miles de canastas han salido de sus hábiles manos.
                Un cobertizo junto a su casa le guarece de las inclemencias del tiempo. Montones de carrizo esperan para que la destreza de don Tomás les convierta en útiles canastos. Él seguirá lidiando por sacarles buen partido a los carrizos “chuzos” y apresurando el ritmo para que no se sequen y se echen a perder. Sus herramientas: un cuchillo, un mazo y una regla.


Riobamba, febrero de 1985

Comentarios

Entradas populares