EL CACIQUE CHAMBA. PARROQUIA EL CHICAL, PROVINCIA DEL CARCHI



Seguimos con una serie de artículos que servirán para la construcción de la historia de la parroquia Chical en la Provincia del Carchi.

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TRÁMITE DE EXPROPIACIÓN DE TERRENOS PARA LOS PABLADORES DE CHICAL
1 de octubre de 1957.
“Los suscritos moradores del punto Chical, de la parroquia de Maldonado, del Cantón Tulcán, de la provincia del Carchi, ante Ud. con todo respeto, expresamos: Chical, es un gran sector de clima Subtropical y de una bondad de suelo incomparable por cuya razón en varias exposiciones agrícolas que se han realizado en las provincias del Carchi, Imbabura y Pichincha, dicha zona ha sido galardonada, con medallas de oro, en atención a sus productos de primera calidad, entre los que sobresale: el café, caña de azúcar, bananos, algodón, cabuya, etc. Además de sus méritos agrícolas – económicos, que constituyen una esperanza segura de redención económica no solo para la Provincia del Carchi sino aún, sin exagerar, para toda la república. Chical tiene también su importancia social y política. Lo primero por cuanto dentro de la expresada zona viven numerosas familias de indígenas y de colonos blancos, que están dedicados al cultivo de productos exportables como el café, etc. Con respecto a lo segundo, o sea a su importancia política, Chical está en la frontera con la hermana República de Colombia, siendo esta la razón para que se haya convertido este lugar en un centro comercial, de alguna importancia al presente y de verdadera importancia para el futuro.
En este lugar existe una escuela fiscal desde hace doce años y a donde concurren no menos de cuarenta niños, cuya situación es por demás lastimosa. Permítanos, Excelentísimo Señor, que lo describamos. Estos niños viven hasta diez kilómetros de distancia y tienen que cruzar los pésimos caminos y tienen que superar las inclemencias del invierno que por ser este lugar selvático es muy crudo y dura casi todo el año. Estos pobres niños, dado la distancia y las penurias de su larga caminata, ante lo imposible de regresar a sus hogares en el mismo día, tienen que llevar su “Avío” para toda la semana, tienen que ellos mismos preparan en las horas libres su propia alimentación; tienen que pasar las noches en el mayor desamparo lejos del cariño y vigilancia de sus padres y sin auxilio de ninguna clase, cuando son víctimas de enfermedades ocasionadas por tales privaciones.
Los padres de familia no pudiendo soportar por más tiempo esta situación amarguísima, que viene a constituir una verdadera tragedia para ellos y para sus hijos, y queriendo remediarla en parte, han resuelto trasladar definitivamente sus habitaciones a la zona aledaña al local de la escuela; muchos padres han construido ya sus ranchos en dicho lugar, pero desgraciadamente han tropezado con el incalificable egoísmo y antipatriótica actitud de parte de una familia Landázuri (socialista) de Tulcán, lo que alegando derechos ilusorios, que en realidad no los tienen, no solo les han prohibido las construcciones de nuevos ranchos, sino que han destruido sin piedad ni compasión alguna, algunos de los ya levantados, dejando así a los infelices niños al aire libre y expuestos a las inclemencias del tiempo y de la naturaleza tropical y aún amenazan con igual procedimiento a los que continúan allí, la oposición no solamente es a las construcciones de casas, sino también a la existencia misma de la escuela. Los dueños legítimos de estas tierras de apellido Chamba, con espíritu patriótico dieron el local para la escuela, para los ranchos de los niños y aún para una población y sostuvieron en la alimentación al profesor, que en los primeros años fue pagado por los padres de familia. Todo esto desde hace doce años. Pero ahora los usurpadores, que otro nombre no merecen, volándose de falsos argumentos se hicieron adjudicar a título de prescripción extraordinaria, en 1920, dichos terrenos en una extensión de más de cinco mil hectáreas, como terrenos baldíos y luego (horror de decirlo, Sr. Ministro) mediante la fuerza pública arrebataron dichos terrenos, expulsando a 37 familias indígenas que, poseían dichas tierras desde hacía más de 300 años y con escrituras otorgadas por el Supremo Gobierno de Colombia en 1916 y reconocidas por nuestras leyes e inscritas legalmente en el Cantón Tulcán, dejándolas así reducidas a la mísera condición en que hoy se debaten. En vista de todo lo expuesto y en defensa de la cultura y del progreso de nuestra Patria y especialmente de esta desamparada zona tan digna de mejor suerte, acudimos ante su señoría, a suplicarle que se digne expropiar veinte hectáreas, de este terreno para que se formare ahí la población tanto tiempo proyectada para que sirviera de centro de actividad, tanto para los moradores residentes en dicho lugar como para los miembros de las cinco cooperativas que tienen terrenos a poca distancia de este lugar y sobre todo, para facilitar la asistencia a la Escuela a los niños, futuros defensores de la frontera patria y queremos que dicha expropiación tenga el carácter de urgente por cuanto después de pocos días se iniciará el nuevo año escolar; pues de lo contrario no se le escapará a Ud. Señor Ministro, las serias y difíciles situaciones que podrían suscitarse a los niños y a los padres de familia dada la absurda obstinación de los que se titulan dueños de aquel terreno. Aseguramos a Ud.  Señor Ministro, que cuarenta familias esperan su resolución para trasladarse al lugar aledaño al local de la escuela para fundar la población que servirá de enlace entre Maldonado y las Cooperativas. Abrigamos la esperanza, Señor Ministro, que al definir Ud. a nuestra petición, la ciudadanía toda aplaudirá su noble gesto y tendrá Ud. en cada corazón de cada niño Chicaleño y en cada morador de esta zona un pedestal de gratitud imperecedera. Del Señor Ministro muy respetuosamente.
Los comisionados que viajaron a Quito, fueron; Lázaro Chamba (padre), Lázaro Chamba (hijo), Vicente Chamba y el cura Dr. Alfredo Trujillo, con el objetivo de entregar un oficio y pedir al Ministro de Bienestar Social y Trabajo, se agilite la expropiación de terrenos en Chichal para el establecimiento del Pueblo, de un médico para Maldonado y asignaciones para el camino a las cooperativas y la iglesia.
En el diario “La Verdad” de Ibarra, el 29 de septiembre de 1957, un artículo con el título de: Cacique de Maldonado pide justicia para más de 30 familias indígenas. En esa publicación se hace conocer las dificultades que tienen para el funcionamiento de la escuela, la asistencia de los niños y el despojo del que fueron objeto los pobladores Awa, cuando arbitrariamente y desconociendo sus derechos se entregaron más de cinco mil hectáreas a familias de la ciudad de Tulcán.
Lázaro Chamba, era el cacique de Maldonado que gobernaba a más de treinta familias indígenas de la región. “Es descendiente directo de los caciques de la tribu de los Quillasingas[1] que habitó la parcialidad de Chical perteneciente a la parroquia de Maldonado. Fue su padre Nazario Chamba y su abuelo el cacique Fidel Chamba que murió a una edad de 110 años”. Diario “La Verdad” de Ibarra, el 29 de septiembre de 1957
[1] Las poblaciones nativas asentadas en el sector son Awa.

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