EL CACIQUE, DON MARCOS TAQUES Y EL VALLE DE SANGRE
Corría el año de 1648, cuando Don Marcos Taques fue gobernador del pueblo de Tulcán en la jurisdicción de la Villa de Ibarra, y a nombre propio y de los demás caciques e indios de la Real Corona, realiza una petición, alarmado por la urgencia con que D. Antonio de Santillana Hoyos, juez nombrado por el gobierno para realizar el “apuntamiento y padrón” quería repartir a los indios de su territorio al trabajo obligado de la “mita ordinaria”; pide a la Real Audiencia que los indios no sean enviados a partes muy distantes de diez leguas. En su escrito hace acuerdo a las autoridades de la existencia de una Cédula Real que les ampara, y se refiere a una que fuera ordena por el Rey para Guatemala, pero que se hizo efectiva en todo el territorio ocupado por los españoles.
Esa cédula del año 1565, consta en el libro verde fojas 285-286, y se incluye en la petición del cacique para que las autoridades resuelvan a su favor.
En todos los años anteriores el territorio estaba experimentando la disminución de su población, por una gran mortalidad y mutilaciones “manquera”, y por la fuga desde sus lugares de mita, porque los mitayos eran sacados de su hábitat natural frío como los páramos del Ángel, y enviados a trabajos intensos en los valles, trapiches e ingenios, algodonales, y sitios de cría de cabras; todo esto, en los valles de Mira, Pimampiro, Chota, Salinas, Guambo, Santiago y Puchimbuela, de “temple peligroso y enfermizo”. Esta cuenda del río de Mira fue conocido como el “Valle de Sangre” o el “Valle Sangriento”, por el peligro permanente del paludismo, y a esto se agregaba el maltrato que les daban los españoles a los trabajadores, que hasta mantenían en sus propiedades, “casillas y prisiones”.
El gobernador y cacique, D. Lorenzo Ango de Salazar, en nombre de cuarenta y tres caciques del repartimiento de Otavalo, se suma al pedido con los mismos argumentos, y por la defensa de los indios de los pueblos de San Pablo, Tontaqui, Cotacache, Urcuqui, Tumbaviro, Salinas, Tulla y Muenala.
El 9 de marzo de 1648, las autoridades comunican al numerador Santillana para que detenga el trabajo encomendado.
Ya en años anteriores se habían realizado las mismas peticiones, pero no se ponía el remedio definitivo, aun que en esta ocasión se aceptaba el pedido de los caciques para que los mitayos sean ubicados en sitios cercanos a los pueblos de donde son originarios.
FUENTE: Indígenas. Caja 5. Expediente 6. Folios 4. 17 de enero de 1648. de don Marcos Taques, para que se ampare a los indios del corregimiento de Ibarra por medio de una Real Provisión, que prohíba la asignación de gañanes fuera de las diez leguas de sus pueblos, que no se les mande a trapiches e ingenios para realizar el servicio de mita.
Indígenas. Caja 5. Expediente 7. Folios 5. 23 de enero de 1648. Dos representaciones de don Lorenzo Ango Salazar, cacique principal de Otavalo, en su nombre y en el de 43 caciques del repartimiento, para: 1. Que los indios del quinto no sean gravados con los excesos y rigores del trabajo, ni agraviados con malos tratos, y 2. Que los hacendados no les pongan a trabajar en los trapiches o ingenios, porque muchos mueren. Archivo Nacional de Historia. Quito.
Fotografías de Ecuador. Guía Comercial, Agrícola e Industrial de la República. 1909. Ed. Compañía “Guía del Ecuador”. Talleres de Artes Gráficos de E. Rodenas. Guayaquil
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