SEGUNDO DE LA CADENA GUERRERO Y EL MUSEO DE PIEDRA DE RÍO BLANCO
DE LA CADENA GUERRERO, Segundo.- Nacido en El Ángel. Fue secretario de la Tenencia Política de la parroquia Jacinto Jijón y Caamaño, en el año de 1979. Se radicó en Río Blanco y constituyó el Museo de piedra del lugar que lo inició con una piedra que había sido rescatada de las aguas del río Blanco, en 1957 por los reparadores de la línea telefónica del ferrocarril Ibarra – San Lorenzo, señores: Julio Arguello y Cristóbal Zurita con la ayuda de Francisco Ocles Salas, según la referencias de don José Ignacio García Bolaños. De la Cadena, relata, así el hecho: “… en circunstancias de encontrarse tomando un baño en el río ´Blanco´ se toparon por casualidad con una piedra extraordinaria, muy atractiva desde luego. Causándoles curiosidad se proponen sacarla de las aguas empleando unos cables y quizá con la ayuda de algunos curiosos, no faltando el negrito de todo cuento Francisco Ocles Salas. Una vez que logran sacarla la trasladan a la casa de José Ignacio García, y dejándola junta a la puerta de entrada, al aire libre, prácticamente abandonada en la vía pública, sirviendo las más de las veces de grada y asiento. Allí permaneció por el espacio de unos veinte y dos años, cubierta de hierba y malezas”. El teniente político, Pedro Chamorro Vizcaíno y Segundo de la Cadena (secretario), el 4 de octubre de 1979, trasladaron la piedra a la oficina de la tenencia política y “la colocaron al pie del retrato del señor Jacinto Jijón y Caamaño, Patrón de la parroquia”. En esa fecha, de la Cadena Guerrero, escribió: “La piedra abandonada, interpretando su voz callada.- Solo el cincel de la mano Divina/ pudo darme esta atractiva figura./Varios siglos permanecí oculta/ en el fondo del caudaloso “Blanco”./Unos brazos bondadosos/ me sacaron de las aguas/para luego dejarme abandonada/ en el borde silencioso del camino/ sirviendo de grada o asiento/ del cansado peregrino./ Al fin, en el interior de una oficina/ encontré hospitalaria morada/ cual si fuera una ofrenda póstuma/ al Patrón de la parroquia/ Jacinto Jijón y Caamaño/ ilustre ecuatoriano/ sabio, historiador y arqueólogo./ Pues, ya no sirvo de asiento ni peldaño,/ en mi, todos atentos, prenden la mirada,/ ya no soy la piedra abandonada. El 28 de octubre de 1979, se unen al proyecto de creación de este museo, el matrimonio de profesores de la localidad, Jorge O. Valencia y Luz Angélica Padilla (profesora de la escuela Jesús María Yépez), aportando con un número considerable de piedras recogidas en los ríos Mira y Blanco. Las piedras fueron colocadas en la casa de don José Ignacio García Bolaños, en donde vivía el señor de la Cadena, posteriormente pasaron a la oficina desocupada de la Tenencia Política, local que era propiedad del Municipio de Espejo. Luego se construiría un local por parte del Municipio de Mira. Para el adecentamiento de la casita que dejó de ser la tenencia política participaron en la limpieza y pintura de la vetusta casa, incluyendo el costo de la pintura, (escribe de la Cadena): “las entusiastas señoras del Club de Rio blanco: Rosa Padilla, Dolores de Mantilla, Martha Chicango, Gloria Minda. Emocionadas gritan ¡Viva la minga!” “Los señores Luis Trejo Alvear y Germán Hernández con brocha en mano pintan las paredes dándoles una mediana presentación. El sinnúmero de piedras que conforman el Museo, de conformidad a sus características, se encuentran distribuidas en secciones, así: HISTORIA Y PAISAJES DE LA BIBLIA, GEOGRAFÍA, ARQUEOLOGÍA Y MINERÍA, ROSTROS HUMANOS, CORAZONES, ESCULTURA NATURAL, cada piedrita, interpretándola de acuerdo a su semejanza, lleva su respectiva leyenda; así por ejemplo: El Monte Sinaí, la Cueva de Belén, Jesús Orando; esto es en pasajes de la Biblia; en Geografía: El Mapa del Ecuador, el Continente Americano, América del Norte, varios nevados”. p. 6
“En rostros humanos, tenemos una piedra que, interpretándola de acuerdo a su semejanza, tiene esta leyenda: Tengo una cara, es el rostro de mi patria atormentada. Con una franja blanca vendados los ojos para no mirar la tierra ecuatoriana cercenada. Varias franjas blancas tengo semejantes a ríos, lagos y quebradas, serán acaso las arterias principales de mi Patria acongojada o la sangre derramada en los campos de batalla impidiendo el avance del invasor peruano al Oriente Ecuatoriano”. p. 6
Algunas piedras fueron recolectadas por los niños de la Escuela Jesús María Yépez con su profesora Luz Angélica Padilla.
En el folleto escrito por Segundo de la Cadena Guerrero, transcribe algunos comentarios de los visitantes del museo, así, por ejemplo, del Ministro de Educación y Cultura, que estuvo en el local, el 19 de julio de 1981: “Luego de la visita al Museo de Piedra. El río a través de la vida del hombre ha sido su fiel amigo; le ha dado agua para calmar su sed, para regar sus campos y piedras para construir su morada. Acá, en Río blanco le regaló un manojo de bellas piedras rodadas con amor del corazón de la montaña”.
FUENTE: Bayardo Ulloa Enríquez. Protagonistas de Mira.
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