LA KERMÉS EN MIRA
La kermés, en Mira, se convirtió en un acontecimiento importante y esperado para disfrutar de la amistad entre paisanos; para divertirse con los parientes y amigos que venían a las fiestas.
Fueron momentos para “declararse”; manifestarle el afecto que se tenía a la mujer de nuestros sueños, y, así, también, para hacernos de “a buenas”, o simplemente bailar hasta más no poder.
Los profesores de las escuelas Policarpa Salavarrieta y Rafael Arellano, se asociaban para organizar y ejecutar actividades que les permitieran reunir fondos para las necesidades de sus establecimientos. Una de estas actividades era, la kermés.
En sus inicios se bailaba al son de la banda del pueblo.
Se cobraba una entrada y se ubicaban “mesas de hervidos” para su venta.
El hervido, es una bebida elaborada con jugo de limón y puntas, y se beben calientitos, por eso, este coctel, se denominan como hervido, y, diremos, sin equivocarnos que es otra versión del clásico “Tardón”, que se toma frío.
La diferencia está en la fórmula: limón en vez de naranja: caliente en vez de frío, pero al final las dos bebidas nuestras, producen los mismos resultados; sonrisas, alegría, y más alegría y más alegría…
Las mesas de hervidos estaban atendidas por los comisionados de los padres de familia y la coordinación de los profesores.
Conforme pasaron los años, la kermés, se celebró con la música de la banda del pueblo y la presentación de algunos artistas.
Recordemos que para cuando iniciaron las kermés, no existía luz ni amplificación, por lo tanto, el show se lo hacía a todo pulmón.
Con el tiempo aparecieron; el amplificador, micrófono y corneta o parlante que constituyó un progreso inmenso para la animación y volumen de la música.
Y las orquestas irrumpieron en las ciudades, y al fin le llegó el día para que la kermés de Mira, también, sea animada por una orquesta.
Entre las primeras que llegaron, tenemos justamente, la que se presenta hoy día; la famosa Rumba Habana, que provenía de nuestra vecina ciudad de Cotacachi, la tierras de los músicos.
El origen de la Rumba Habana está por la década de los 50s, cuando los inquietos músicos de Cotacachi forman el grupo musical que le denominaron como “La Bahiana”, en honor a una cantante con mucha fama en esos tiempos.
El director del grupo de “La Bahiana”, Alberto Ubidia, se radicó en Guayaquil y, parecía que todo se acabó, pero en noviembre de 1949 retoman la iniciativa y constituyen la orquesta “Rumba Habana”, teniendo como vocalista a Enrique Montenegro con su voz inconfundible.
La curiosidad infantil, halla por los años 60, nos llevaría a las inmediaciones de las escuelas, porque también se realizaba en la escuela de niñas, o en el teatro León Ruales, en construcción, a escuchar los acordes de la orquesta “Rumba Habana”, desde la calle, ya que la kermés era asunto de mayores.
La “Rumba Habana”, ya estaba con sus éxitos indiscutibles, entre estos; La Valentina, Tabacundeña, Amor forastero, Toros de Pueblo, la versión inconfundible de nuestro Chinchinal, y muchísimas más en la voz de Enrique Montenegro.
Los premios llegaron y, además, grabaron el primer disco sencillo de 45 revoluciones, con el sello “Rumba Habana”, en la empresa “Fediscos”. En el lado A; “A la Huacachina”, y en el B, el sanjuanito, “Mi Ilusión”.
Hoy, la Corporación Cultural “El Mentidero”, quiere evocar esos tiempos idos; con nuevos artistas, pero en el mismo lugar de siempre, la emblemática escuela Rafael Arellano Nº 81.
Queremos que las nuevas generaciones conozcan parte de nuestro pasado, de nuestra identidad.
Si, hoy contamos, con la orquesta “Rumba Habana – La Herencia”, y con nuestros artistas mireños; Sonia Marisol y Semblanzas, grupo musical.
Cuando los recuerdos se juntas, los mireños festejan.
Viva Mira en sus 43 años de cantonización.
Mira, 5 de agosto de 2023
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