LA COLONIA DE MIREÑOS RESIDENTES EN QUITO Y LA CANTONIZACIÓN

El pasado de nuestro pueblo fue de abandono y miseria en medio de una geografía extremadamente hermosa. Pero esa era verdad; pobreza y abandono, que solo tenía sus ratitos de salir del sopor; cuando se hacía alguna demostración de fuerza con las grandes mingas y sin el apoyo de autoridad alguna se construían obras para el futuro, o en las fiestas en que se daba rienda suelta a la algarabía.

La falta de trabajo y oportunidades arrojó de su alero a los mireños que soñando en un mañana mejor desfilaban, sin rumbo cierto en busca de oportunidades.

Cuando una persona es desarraigada de su lugar natal, que lo construyó entre juegos y amores; en medio de las necesidades, en medio de las dichas; tiene una fortaleza suprema que le permite superar todas las dificultades que se le presenten y triunfa.

Ese amor a su tierra y a los suyos, le hace añorar en volver y dar una abrazo inmenso a su madre, a su padre, sus hermanos que toda la vida los esperan. Le hace que añore volver para recorrer sus caminos y revivir los sueños infantiles y los amores juveniles.

Esa dicha, en medio de las limitaciones, lo proyectan en el exterior de su pueblo como un trabajador formidable y de carácter. Fiel, constante y honrado a toda prueba.

Parecería que todo va como viento en popa, pero hay algo que se enciende en su interior como chamiza en las fiestas del pueblo o como cornada del toro más bravo; ese sentimiento es el amor a su "cangagua", a su terruño bello y querido. Se reunen con sus paisanos, y, ellos, pasan, de ser conocidos a ser sus familiares, sus entrañables amigos.

Muchos años han pasado desde que la iniciativa de unirlos en una Colonia, les permitió formar un conglomerado pujante, fuerte, solidario que les proyectó a realizar obras pequeñas y grandes para su pueblo.

El trámite oportuno, una donación pequeña o grande. Servir a su pueblo y a su gente desde mil puntos y mil posibilidades.

La Colonia de Mireños Residentes en Quito, fue una institución fundamental para el logro más importante de Mira, cuando en 1980 pasó, de ser un pueblo olvidado, a una ciudad cabecera de un cantón en franco desarrollo.

Desde el  9 abril  de 1976, cuando se organizó la Asociación de Estudiantes Mireños Residentes en Quito, nos unimos a ellos y frecuentamos sus reuniones y palpamos esa unión férrea y el compromiso para todo lo que se refiera a Mira.

Allí pude observar como “esos mireños amorosos se desvivían por empujar la cantonización” sin descuidar su organización y fidelidad entre sus miembros.

Se dieron un sinnúmero de eventos; todos apuntando a hacerlo más conocido a nuestro pueblo; programas de radio y televisión. Contactos con la prensa y periodistas de muchos medios impresos, en los que se logró una cantidad considerable de reportajes que hicieron presente a nuestro Mira. Bailes para recolección de fondos. Cafecitos y tardes interminables de tertulias. 

Para mi fue memorable y de gran importancia el "Café Cultural" que organizaron el 16 de abril de 1977, en el local del Colegio Técnico de la FAE.

El presidente don Jorge Aníbal Arboleda Ruales, dio la bienvenida, don Abdón Mosquera, secretario, informó sobre los avances de nuestro tema permanente; La Cantonización de Mira.

En la música participaron los dúos: Urresta – Riofrío, y, Mafla – Cadena.

Se entregaron acuerdos y diplomas; uno al periodista Jorge Larrea de "El Comercio" y, otro, al señor Tomás Palacios.

En la tribuna libre, se lucieron con vibrantes discursos varios de nuestros mireños que sembraron el amor profundo por nuestro Mira.

Ese cafecito, que hago mención, era de chuspa con humitas al estilo mireño, con la finalidad de estrechar lazos de amistad de la familia mireña radicada en Quito. Allí el gracejo, allí la picardía, el cariño y el genio mireño.

Nos convidaron, a Juan Burgos Andrade, a declamar con una dramatización impresionante, y a mí, a pronunciar una conferencia sobre la Historia de Mira.

Y una nota, importante al final de la invitación – programa: “Las personas que colaboren con números especiales se harán merecedoras a un puesto preferencial en el cielo”.

Espero que la oferta no caduque porque el puesto preferencial en el cielo, me lo gane en 1976.

Gracias mireños, a los que ya no están con nosotros y a todos los que siguen bregando por la vida en distintas partes del mundo y demostrando que los Mireños somos lo mejor.

Gracias a la Colonia de Mireños Residentes en Quito por su apoyo incondicional con.




Mira 6 de noviembre de 2021
Bayardo Ulloa Enríquez

FOTOGRAFÍA: Algunos miembros de la Colonia de Mireños Residentes en Quito en paseo a la Quinta "Argentina", en la Portada, Mira. Archivo Villagómez Urresta
Antiguos miembros de la Colonia de Mireños Residentes en Quito. Reunión en casa de don Avelino Fraga. Quito. Archivo Villagómez Urresta.
Entrega de algunos instrumentos para la banda de Mira. Con los instrumentos algunos miembros de la Colonia de Mireños, el padre Galo Rosero y varios amigos. Archivo Ulloa.


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