MUERTO EL PERRO, SE ACABÓ LA RABIA


Corría el año de 1792, cuando don Joseph Posse Pardo,  Subteniente de Caballería de los Reales Ejércitos, Corregidor y Justicia Mayor de la Villa de Ibarra y su jurisdicción, el 10 de julio, hacía mención que se había publicado un bando de auto de buen gobierno, y en uno de los capítulos disponía que: “… los vecinos de esta Villa no tengan Perros en sus casas por ser perjudiciales a la República; pero contraviniendo a este mandato Doña María Santa Cruz, ha mantenido un Perro en su casa; y habiendo mandado su Merced sus criados el día de ayer para que matasen dicho Perro, no solo no lo permitió, pero lo defendió con tenacidad, haciendo saltar tapias de las casas de su merced y otros actos de resistencia Por tanto, debía mandar y mandó pase el presente escribano con dos soldados a la casa de la dicha Santa Cruz y la registre toda y de hallarse dicho perro, lo maten en el acto, y en el mismo se le saquen cuatro pesos de multa por la inobediencia con que ha procedido con mas a cuatro reales para cada soldado y los derechos del Escribano. Así lo proveyó, mando y firmó, de que doy fe”, el escribano Miguel Gerónimo de Lara. (1).

¿A qué se debió esta orden terminante? Con seguridad se presentaron casos de hidrofobia o rabia entre los perros de la villa, que ponía en riesgo la vida de los pobladores, porque luego de una mordida de un perro rabioso se contagiaban y solo debían esperar la muerte o someterse a un doloroso tratamiento de dudosa efectividad.

En 1877, en el Diccionario Doméstico de Balbino Cortés y Morales, editado en Madrid, en la página 495, dice que: entre los medio preservativos a que deberá recurrirse en todo caso de mordedura hecha por un animal que se supone rabioso: hay que comprimir la herida por todos los lados hasta que salga la sangre y las babas, en seguida se pondrá una ligadura por encima de la mordedura para impedir la penetración del “virus”; lavarse bien la herida, ya sea con “álcali volátil, con. agua de jabón, con agua de cal, con salmuera, con cualquier líquido astringente, con agua pura, o, en fin, con orina, si no hubiere otra cosa”. (2).

A continuación, algo espeluznante, pero que se volvía necesario: “… con la mayor dilación, se habrá puesto al fuego el hierro que haya a mano más a propósito para cauterizar la parte, y cuando esté bien candente, después de dilatar y regularizar las heridas cuanto sea posible, se hará con él una cauterización profunda, dirigiendo el cauterio por todas partes, sin perdonar sitio alguno. Cuando no baste la aplicación de un solo cauterio, deberá repetirse la operación tantas veces como se juzgue necesario para obtener una cauterización completa y profunda. Un clavo largo, una grande escarpia, el mango de una badila, las herramientas de varios oficios, cualquier instrumento de hierro puede servir para estos usos”. p. 495.

Recomienda que no se debe “… tener, para nada, en cuenta las supercherías de saludadores y adivinos, y las supuestas virtudes de específicos propinados por los charlatanes”. Esta emergencia requiere del auxilio médico.

La vacuna antirrábica fue descubierta por el genio de Louis Pasteur en 1885. El 5 de julio de ese año, el niño Joseph Maister, que había sido mordido por un perro rabioso por catorce veces, se convirtió en la primera persona en recibir la vacuna que fue exitosa y le permitió sobrevivir (3).

Volviendo al caso del perro de propiedad de doña María Santacruz, el escribano Miguel Gerónimo de Lara llegó, al día siguiente, con dos soldados a la casa y compareció el marido, D. Francisco Erazo, el que fue notificado de dicho auto. “Y habiendo encontrado el perro … dentro de la casa, se mandó ahorcar, como se ahorcó dicho Perro y en cuanto a la multa impuesta y demás costas dijo que  (no disponía de dinero pero que en la tarde lo hacia efectivo). Se hizo efectivo el cobro de los 4 pesos y el señor Corregidos, ordenó los entregue a D. Luis Valdés escribano de Cabildo”. (1).

  • FUENTE:
  • (1). Protocolos: 1566/69 b/8/J AHMCYP Ibarra
  • (2). Balbino Cortés y Morales. 1877. Diccionario Doméstico. Madrid. p. 495
  • (3). Pasteur y la vacuna antirrábica. 3 de octubre de 2020. Jaime Millás Mur. Universidad de Piura. Perú. Disponible en:  https://www.udep.edu.pe/hoy/2020/10/pasteur-y-la-vacuna-antirrabica/ Consultado 30092021.


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