LUIS ENRIQUE LEÓN RUALES; UN FILÁNTROPO MIREÑO

Luis León Ruales falleció en la parroquia Los Andes, provincia del Carchi, a consecuencia de un accidente de tránsito, el 1 de febrero de 1963.

De profesión agricultor y domiciliado en la ciudad de Ibarra. Propietario de varias haciendas agrícolas entre El Juncal y Bolívar, en la provincia del Carchi, a más de las ubicadas en el cantón Ibarra de la provincia de Imbabura. Fue soltero, y a la fecha de su muerte tenía setenta y nueve años. 

Los hermanos León Ruales, pagaron, de su peculio, el valor del agua de riego y de uso humano que donaron a Mira. Sirvió de garante y financista de la compra, que hicieran los moradores de Mira, de una parte de la gran hacienda San Nicolás. Corrió con los gastos de la construcción de la capilla mausoleo del cementerio. 

El ámbito educativo, fue de interés primordial para don Luis León Ruales; en su testamento fechado en Quito, el 15 de junio de 1961, se esmera en distribuir su apoyo, y por su creencia, se enfoca a los establecimientos religiosos, de las provincias de Carchi e Imbabura. 

Puntualmente, dispone en su testamento; en la cláusula décima primera (foja 11): “… con los frutos que produzca las haciendas de Cúnquer, Piquiucho, El Izal, Garbanzal, Chulunhuasi, mi albacea terminará la construcción del edificio que estoy actualmente levantando en la parroquia de Mira, Cantón Espejo, destinado a escuela católica enteramente gratuita para la educación primaria de las niñas de esa parroquia…”

En la cláusula CUARTA, manifiesta: “No tengo herederos forzosos y puedo disponer libremente de mis bienes. Dispongo de estos así: lego la hacienda Carpuela a la Junta de Asistencia Pública de la Provincia de Imbabura, para que con los frutos de esta hacienda incrementen los fondos del Asilo León Ruales, que funciona en la ciudad de Ibarra, en el cual tendrán preferencia para ser admitidos los ancianos de las Provincias del Carchi y de Imbabura”. “QUINTA.- Durante los tres años siguientes a mi fallecimiento, la hacienda Carpuela seguirá bajo la administración de mi albacea, con la obligación de entregar a la Junta legataria únicamente la suma de sesenta mil sucres anuales. El resto de frutos servirá para hacer frente junto con el valor de más créditos que dejo y el precio de venta de la mitad de Irumina el pago de los legados en dinero que más abajo expreso. Cumplidos los tres años se entregará Carpuela a la Junta de Asistencia Social de la Provincia de Imbabura a fin de que cumpla el objeto de esta asignación”. “SEXTA.- Ordeno que de mi predio Yahuarcocha se parcele la sección Oriental esto es, la parte que queda hacia el Oriente de una línea por las tapias que cierran por el lado occidental el bosque de eucaliptos que tengo allí, hasta dar con la zanja cavada que llega a la carretera. Se exceptuará de la parcelación dos hectáreas de terreno vendidas al ilustre Municipio de Ibarra y seis cuadras vendidas a las Carmelitas. Mediante esta parcelación se formarán quince lotes de igual valor, con la intervención de un perito, dejando las vías de comunicación necesarias. Los lotes deberán ser sorteados entre los siguientes asignatarios de los mismos: La Diócesis de Ibarra, la Comunidad de Padres Dominicos, la Comunidad de Padres Mercedarios, la Comunidad de Padres Capuchinos, la de Madres Carmelitas, la de Madres Capuchinas, la de Madres Bethlemitas, la Comunidad llamada de las huérfanas, todas de la ciudad de Ibarra, el Colegio Sánchez y Cifuentes, la Congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas de Ibarra.- El Curato de San Agustín, el de San Francisco, la Comunidad de Marianitas y la de Fátima.- El objeto de estas asignaciones es el de beneficiar a la Educación Católica de la niñez, haciendo posible que los Profesores y educandos pertenecientes a las Comunidades y Entidades religiosas ya nombradas, dispongan de un lugar adecuado a dónde ir de paseo o a pasar vacaciones; para lo cual si les fuera posible a los asignatarios, construirán en esos lotes casas vacacionales.- Podrán en todo caso gozar de las propiedades de esos lotes que les tocare en suerte.- Si alguno de los asignatarios nombrados en esta cláusula no tuviere Escuela, Colegio o Centro Educacional de alguna especie, bastará que mantenga enseñanza del Catecismo de la Doctrina Cristiana.- Si alguno de estos legatarios careciera de personería Jurídica o no forma parte de alguna entidad que le represente el lote del asignatario que estuviere en este caso se entenderá legado la Diócesis de Ibarra para que esta cumpla el objeto que dejo expuesto, en beneficio del legatario que careciera de personería.- Cada lote recibirá dos horas de agua por semana, los asignatarios reglamentarán su uso sobre la base del derecho que tengo en la acequia propia del predio Yahuarcocha”. “SÉPTIMA. Es mi voluntad que las personas que actualmente prestan servicios en calidad de partidarios en Yahuarcocha, reciban mediante sorteo, para que puedan construir sus casas de vivienda, los lotes que se forman con el terreno perteneciente a este mismo fundo, comprendido dentro de estos linderos: norte, la carretera Panamericana, sur la zanja que cierra parte del bosque al que me he referido; oriente la zanja cabada que allí se encuentra; y occidente, terrenos de particulares.- Se formarán pues en dicho terreno tantos lotes cuantos partidarios sean reconocidos como tales por mi albacea”. “OCTAVA.- Los terrenos pertenecientes al fundo Yahuarcocha de los cuales aún no dispongo, los comprados a Aurelio Cabrera y los comprados a José Ortiz, lego a Carlos Ramírez hijo de Cleofé Ramírez, a Celso Mafla, Francisco Mafla, hijos de Mercedes Mafla, a Abdón, Enriqueta y Elvia Muñoz hijos de Mercedes Muños y a Deifilia y Esperanza Orbe, hijos de Isabel Orbe.- En estos terrenos hay una parte con agua y otra seca.- Esta se dividirá en ocho lotes de igual valor y se sortearán entre los asignatarios.- En la parte con agua Carlos Ramírez recibirá el terreno San Luis con la casa y el resto se dividirá en siete lotes de igual valor uno por cada legatario, lotes que se sortearán los siete por igual”. “DÉCIMA.- De la casa en que vivo situada en la calla Sucre dispongo así: el piso bajo o planta baja, lego a la Comunidad de Madres Carmelitas de la ciudad de Ibarra; el piso alto con todos los muebles que allí se encuentran a Cleofé Ramírez y a su expresado hijo”. “DÉCIMA TERCERA.- Hermanos Cristianos de El Ángel, o para la construcción de una Escuela Católica en dicha parroquia si no fuera posible que los Hermanos Cristianos se establezcan allí, dejo cien mil sucres. Si ya hubiere alguna Escuela Católica en el Ángel, se entenderán con esos cien mil sucres que están destinados a ayudar al funcionamiento de esa escuela. Para ayudar al mantenimiento de la escuela de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Tulcán, dejo cien mil sucres, Para ayudar al mantenimiento del Noviciado de los Padres Josefinos de San Gabriel, o en su caso para la construcción del edificio de dicho Noviciado que es Instituto Educacional, dejo cien mil sucres, las Madres de la Caridad de San Gabriel cantón Montufar, dejo diez mil sucres para atender a las necesidades más urgentes de la Parroquia de Bolívar y de preferencia las relativas al culto del templo católico de dicha parroquia perteneciente al Cantón Montufar, dejo cien mil sucres. Para atender más urgentes y de preferencia las relativas al culto católico en la parroquia de Los Andes, dejo veinte mil sucres”. “DÉCIMA CUARTA.- Mi albacea pagará además estos legados a la Comunidad de Padres Capuchinos de Ibarra, le dejo cuarenta mil sucres en beneficio del noviciado que tienen en donde se educan los Novicios de asta Ciudad. La Comunidad Mercedaria de Ibarra le dejo cuarenta mil sucres para que se ayuden en la terminación de la Basílica de la Merced. Para la construcción de la Basílica de la Dolorosa en Ibarra, dejo cuarenta mil sucres”. “DÉCIMA QUINTA.- Es mi voluntad que reciban la cantidad de veinte mil sucres cada una de las siguientes legatarios; a la Diócesis de Ibarra, la Comunidad de Padres Dominicos, la Comunidad de Madres Bethlemitas, la de Madres Capuchinas, las llamadas de las Huérfanas, el Seminario Menor, el Colegio Sánchez y Cifuentes, la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, el curato de San Agustín y el curato de San Francisco. La Congregación de Marianitas y de Nuestra Señora de Fátima, recibirán diez mil sucres cada una. El objeto de las asignaciones hechas en las doce entidades que dejo expresadas es el que con la suma de  cada uno reciba, se ayude para la educación católica de la niñez en sus respectivos colegios, Escuelas, Centros Educacionales o Catecismos que respectivamente tienen”. “DÉCIMA SEXTA.- La casa que compré al Sr. Virgilio Tamayo, les dejo para que allí funcione una escuela de Artes y Oficios, regentada por los Hermanos Cristianos de Ibarra.- Con el objeto de que se compren las herramientas necesarias a fin de que los niños comiencen a emprender algún oficio, cuanto más pronto mejor, dejo la suma de trescientos mil sucres.- Tanto dicha casa, como la expresada suma se entregarán con el objeto indicado, a los Hermanos Cristianos de Ibarra o al Consejo Gubernativo de los Bienes de los Hermanos de las Escuelas Cristianas que sea el representante legal de dicha Congregación”. “DÉCIMA OCTAVA.- La casa que tengo en la ciudad de Quito comprada al Sr. Julio Suárez e hijos, lego a los Padres redentoristas de la ciudad de Quito, a cuyo cargo está la Parroquia Eclesiástica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.- El objeto de esta asignación es que con los frutos que dicha casa produzcan incrementen la Escuela Parroquial a cargo de dichos padres”. “VIGÉSIMA TERCERA.- En caso de que mi albacea reanudare mis créditos en su totalidad, la mitad de lo que sobrare después de pagar los legados en dinero, invertirá en establecer una casa de artes y de oficios en la parroquia de Mira cosa que quedara a cargo del cura párroco y de la junta de mejoras que allí funciona. La otra mitad servirá para incrementar los fondos de la sección de artes y oficios de la escuela católica Gonzales Suarez, que funciona en la parroquia de Bolívar, en la provincia del Carchi”

En reconocimiento del apoyo, permanente, de Luis León Ruales y sus hermanos, a sus paisanos mireños, el 19 de noviembre de 1943 se inauguró una de las calles principales, que va de norte a sur por el costado oriental del parque Juan Montalvo, con la denominación avenida Hermanos León Ruales.

El colegio que había proyectado, en la actualidad, es una institución educativa de gran importancia y también lleva su nombre.

Resumen tomado de: BAYARDO ULLOA ENRÍQUEZ. Biografías de Mireños en la historia.


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