INOCENTES; UNA FIESTA ANTIGUA EN MIRA
En pleno fragor por la Independencia, nuestra gente se daba tiempo para las fiestas y la parranda.
El pueblo de Mira, el domingo 27 de diciembre de 1819, vísperas de los Santos Inocentes, estaba en tinieblas, sin embargo, varias casas tenían fiesta; una de ellas era la de Manuel Galindes, el indio Alcalde del Pueblo. Allí alumbrados escasamente con mecheros se escuchaba música y se bebía aguardiente.
Amenizaban la fiesta, el maestro de capilla del pueblo, Lucas Ramírez, que las hacía de tocador del arpa, un “tamborista” y un violinista. Entre los concurrentes estaban Manuel Ulloa y su mujer Cipriana Iriarte, la mujer del arpista, Santiago Beltrán, Martín Vega, Bernardo Briones y mucha gente del pueblo que había entrado atraídos por la música.
En lo mejor de la fiesta apareció Lucas Ortiz Cevallos encomendado por don José Garrido, que venía a llevarse a los músicos, en especial al arpista, porque aseguraba que Garrido ya le había pagado con anticipación y ahora lo quería en su fiesta.
Ortiz, con farol en mano, ingresó a esa casa y primero busco al hombre del tambor, no lo encontó y salió, pero enseguida volvió con prepotencia para sacar a la fuerza al “arpero” que se resistió, diciéndole que ni de la fiesta anterior que hizo don Garrido le había pagado, peor que le haya anticipado para esta noche, pero Ortiz se agarró del brazo del arpa y dijo que se lo llevaba. Allí ardió Troya, la Iriarte se interpuso, apareció en escena su marido Manuel y la mujer del arpista; forcejearon, hasta que Ortiz lanzó un puñete que fue contestado por Manuel Ulloa. Se “engasaron” con la Iriarte y la trifulca fue mayor, hasta que los concurrentes los separaron. Apareció la hermana de Ortiz para llevárselo, sin embargo, desde la calle hacía fuerzas para regresar a la contienda.
El 15 enero en Mira, Ortiz se quejaba ante el Teniente Juez Pedáneo del Pueblo, don José María Ruales y se querella con Iriarte, porque en esa noche, terrible para para las dos partes, se endilgaron de todo: Ortiz, dijo “que laya de Renegrida, “Jaspetiada”, o no se que laya de traste será esta, a lo que respondió dicha Ciprina que mas traste que vos Carón, Zambo viejo, y, replicó Ortiz: “… que más Zamba, que vos declarada…”.
El quejoso dice que: “…Cipriana Iriarte infamó mi limpio nacimiento dándome el vilísimo tratamiento de Zambo viejo…” y “… no es posible el que quede manchado por una maldiciente que padece aquella nota publica y conocida por tal en aquel Pueblo...”.
En Mira, los testigos declaran el 16 de enero. Martín Vega revive los hechos y que de las trompadas quedaron en los insultos a voz en cuello; entre la Iriarte y Ortiz. Se trataron de Zambos reiterativamente, un epíteto nada aceptable en aquellos tiempos.
Ortiz argumenta que “… en publicidad de gente, sin el más leve reparo de que tengo familia de parentesco y que desdorando mi honor desdoraba a todos mis deudos…”, además, dice que a él primero le cayeron los golpes y lo que hizo fue defenderse. En otro escrito, insiste: “sobre el insulto con que desdoró mi honor Cipriana Iriarte con el ofensivo y denigrativo tratamiento de Zambo”.
La Iriarte fue puesta en prisión en la casa del indio Alcalde Ordinario, de donde fugó, y al recapturarla fue llevada a Ibarra.
Los testigos; Santiago Beltrán, Martín Vega y Bernardo Briones coinciden en narrar el hecho de la noche vísperas de inocentes.
Ortiz no queda satisfecho e insiste en una Causa Criminal “… que tengo propuesta contra Cipriana Iriarte sobre injurias proferidas contra mi limpio nacimiento, lo más deducido según derecho ante V. parezco y digo: que, admitida mi Querella por el Teniente Juez Pedáneo del Pueblo de Mira, de mi domicilio produje la Información necesaria para acreditar el delito de Calumnia con que la citada Iriarte me difamo. Esta en virtud de mi pedimento presentándola ante dicho Teniente se proveyó prisión contra la dicha Calumniante , y con efecto se deposito en la Casa del Indio Alcalde Ordinario para que puesta en ella probase la Calumnia o me deje la satisfacción Conveniente al buen nombre y opinión que hasta la presente he mantenido; esto es de derecho. Yo un hombre Español y libre de la raza de Zambo con que me deshonró. Y lejos de cumplir con lo preceptuado por el Juzgado vulneró sus preceptos e hizo fuga del depósito con el objeto de burlarse de la Justicia y de mi dejándome infamado con el feo tizne de Zambo”.
El caso pasó a Ibarra y don Domingo Elizalde, Corregidor y Juez Mayor de la Villa de San Miguel de Ibarra y su jurisdicción, sentenció que: “Habiendo comparecido en este juzgado Cipriana Iriarte y expuesto verbalmente que las palabras injuriosas de Zambo, que se dice vertió en (presencia) de gentes en el Pueblo de Mira contra Lucas Ortiz de Ceballos, fue hallándose muy ebria como le consta al mismo querellante, de las que aun no se acordaba pero que en Caso de que fuesen ciertas, se desdecía una, dos y tres veces, y cuantas más el derecho le permite, dejándole en la buena reputación y fama que en el Público concepto se merezca; por estas circunstancias o consideración y para que este mismo se interese, no menos que los particulares en que se corten las causas de esta naturaleza; debía de mandar y mando su Merced, que la presente se de por concluida en el estado en que se halla; declarándose no deber perjudicado a la reputación el citado Ceballos, las Expresiones de que se queja y apercibiéndosele a la Iriarte seriamente con las penas condignas para que en lo sucesivo se abstenga de proferir semejantes denigraciones tan contrarias a la moderación con que todos deben comportarse; a quien se la absuelve de las costas…”. Sentencia que da fe don Juan de Subía, Escribano Público de Cabildo y de Real Hacienda
Las fiestas privadas de los Santos Inocentes en Mira saltarían a la calle en un festejo popular que ha perdurado por años con sus altos y bajos. Hoy convertida en una fiesta de baile de disfraces y concluyendo con los remedos, como un recuerdo lejano de esta fiesta traída por los españoles en un claro sincretismo pagano – religioso, que se celebraba con bailes, saraos y comedias jocosas.
FUENTE: Querella que sigue en Mira e Ibarra Lucas Ortiz Cevallos en contra de Cipriana Iriarte, por calumnias. ARCHIVO HISTÓRICO DEL MINISTERIO DE CULTURA Y PATRIMONIO. Ibarra. Expediente del año de 1819.
Fotografía capturada del programa "El Mentidero". Archivo de don Atilano Mafla. Mira. Disfrazados para el baile de inocentes.
Comentarios